TAN LEJANO - II
Publicado en Nov 02, 2009
Hace tiempo, supe tener cerca mío una usina que generaba sentimientos de infinita profundidad, mi colegio secundario: el "Integral" de Munro. "Tan lejano" es el recuerdo de una etapa increíble que aún perdura en el corazón de los que amaron y vivieron intensamente toda su magia y aun hoy, resisten su olvido ante el paso inexorable de los años. (1972-1976) Jorge Dossi - 1986 ---------------------------------------------------------------------------------------- REENCUENTRO CON EL BALANCE II Tú estas tan lejano La escuela fue el centro descollante de esa etapa única. Lugar irremplazable. Paraíso de las motivaciones siempre abierto a la inquietud, perseverante en su afán de reclutar voluntades dispuestas a dar la gran batalla educativa. Te fuiste nublando como todo, ennegreciendo como una chimenea descuidada y cuando llegó la noche "aquella interminable", separamos las manos y ya no las pudimos volver a juntar. Me acuerdo de tu apariencia. Era lo mas intrigante. Nunca pudieron descubrir el origen de esa usina amorosa que generaba tu vulgar geografía. Yo llegue a quererte en silencio, a competir con los silencios que después vendrían a adorarte y a erigir monumentos para embellecerte. Te fuiste tan lejos de mí, como impulsada a soñar tiempos mejores, esperanzada en encontrar una paz que no anidó en tu continente. Estabas cansada del ruido ensordecedor de la metralla, del rechinar de esas sirenas insoportables que algunas veces aseguraban tu tranquilidad; y no me viste, en el medio, haciéndote señas, instándote a parar, a pensar en mi serenidad, en mi estampa juvenil que intentaba contener todo su frenesí. Y fue tarde, porque desde aquel marzo de 1977 nuestros caminos se bifurcaron y mi tristeza caló hondo en tu conciencia y tu enseñanza se me abalanzó y me examinó y se lamentó por las falencias, después, me despidió y me deseó buena suerte en la vida. La vida. Ahí esperé algún gesto arrepentido de tu parte pero no llegó. Para vos estaba entero, con las armas en la mano, derechito a la jungla, a los amaneceres si nombre, a jugar con las expectativas. Te comprendí. Me costó, pero adiviné tus enunciados y trate de llevar adelante lo que sembraste en mí. Las marcas que me dejaste son la prueba de tu conquista.
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