TAN LEJANO - III
Publicado en Nov 04, 2009
III Algún día: esperanza, claridad, la magia de vivir El futuro es el norte de la esperanza. No había otra forma de superar el trance cotidiano que vislumbrar a lo lejos la bendita caja de Pandora y contentarse con que al menos, una vez abierta, quedase la esperanza. En mi presente y pasado creía encontrar una coincidencia. Era la magia de vivir que levantaba las banderas de un optimismo reformista pero del cual no podía menos que congratularme de tenerlo tan cerca en los pensamientos. Mi tristeza, mi soledad, mis lastimaduras se contradecían con los motivos de alegría que surcaban el espacio en las noches de aquel marzo memorable digno de mi interior rebelde. Una figura femenina se descolgó por la ventana de mi habitación y mi alma sufriente, celosa, la delató y quiso hacer de ella leña de su hogar. Me censuró la admiración y tuve que seguir errando en un éxtasis fatídico, negando mis deseos, ardiendo y consumiéndome lentamente hermanado con la impotencia. Ansiaba tener alegría, festejar estar vivo, agradecer al creador su bondad, pero mi alma pudo más que mis ensayos y ella no llegó. No pude mirarle la cara. No pude seguir esa claridad que desaparecía en la ventana y anunciaba el retorno a la oscuridad y la reanudación de las torturas. Me desvanecí. Me entregue al control de los sentidos y fue entonces cuando sus carcajadas resonaron derrumbando el pedestal que mi alma cuidadosamente había construido. Las escuchaba graciosamente porque liberaban las ataduras de muchos años de opresión y mentira. Renacía la esperanza de la mano de los descubrimientos y mi alegría se preparó a recibir esas promesas vivientes que se asomaban a contagiarme y a brindarme toda la ternura que yo necesitaba
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