Como juega el gato maula con el mísero ratón Celedonio Flores, Mano a mano, Tango. I
Solo nosotros podemos hablar del juego del gato y el ratón. No existe tal cosa, lo que vemos, cuando de animales se trata, es el juego del gato
CON el ratón. El tango dice la verdad.
Y el gato juega con el ratón como juega con la madeja de hilo y con la pelotita de goma. Con el ratón, al encontrar cierta resistencia se divierte mas, pero su motivación es la misma, el gato es un felino, y los felinos son depredadores.
Al ser domesticado el gato es privado de la posibilidad de llevar a cabo comportamientos de predación y esto lo frustra, y necesita descargar sus instintos de caza y captura. Por eso es automático, si uno juega con un gato y quiere retirar la mano rápidamente, por mas amor que a su dueño tenga, lo considerara una presa que quiere escapar y le dará un zarpazo.
En el juego del gato y el ratón, mas propio de los humanos, los roles son confusos, es confuso incluso en cada momento determinar quien caza y quien esta siendo cazado.
II
En el reino animal, al que solíamos pertenecer, los instintos están diferenciados, y tienen designadas conductas de satisfacción algo especificas. Los etólogos llevan a cabo sus apasionantes estudios de estas conductas analizando sistemas de comportamiento. Algunos ejemplos de estos sistemas son: comportamiento de provisión de cuidados, de solicitud de cuidados, de ingestión, exploratorio, de descanso y relajación, para lograr comodidad, para atraer la atención, etc. Vamos a detenernos solo en dos.
En el
Comportamiento reproductor, el cortejo y el apareamiento solo son parte del ciclo reproductor, y responden a mecanismos bastante específicos y de una diversidad riquísima en la naturaleza. Hay algunos ejemplos muy interesantes que se prestan a todo tipo de analogías maliciosas (la mas conocida es la de la viuda negra que pesa 30 veces mas que el macho y se lo come después del apareamiento). Pero para nuestros fines basta decir que el cortejo y apareamiento siguen un curso ritual predecible y puro.
El
Comportamiento agonista (agon, lucha) agrupa a las pautas de respuesta de acercamiento, amenaza, lucha, huida, apaciguamiento, o retiro. Estas respuestas pueden ser agresivas o sumisas, y en los animales que forman grupos estables, conducen a órdenes de dominancia social discernibles. La agresión se manifiesta con claridad cuando se enfrentan dos animales de rango similar, si el rango es distinto, el animal de rango inferior, se somete luego de una corta lucha o incluso antes de la misma.
En la relación de pareja humana no solo fundimos los comportamientos reproductores y agonistas, muchas veces se ha visto mezclada la provisión y solicitud de cuidados que en las especies animales se juega entre padres e hijos. Y lo peor, también se ponen en juego los instintos de caza y de captura.
Pero los animales son diferentes, el ratón, nunca simula ser ratón para cazar al gato.
La única solución para todo esto es el amor. Nota teórica
En 1965 se publica “Consideraciones sobre las conducta animal y humana”, su autor, Konrad Lorenz, padre de la etología moderna e importante pensador, critica duramente a la psicología de su tiempo (la psicología de la forma y el conductismo) por lo que el llama “desprecio por la existencia” de los mecanismos desencadenantes innatos, y su importancia para entender el comportamiento humano*.
En 1996, el eminente neurobiólogo y también pensador, Antonio Damasio, se apoya en la moderna medicina de su tiempo para establecer una teoría sobre las bases fisiológicas (y también filogenéticas) que conectan inseparablemente cuerpo, emoción, sentimientos, cognición y razón.
Desgraciadamente los alcances de sus trabajos para la psicología fueron interesadamente desviados a través de una divulgación errónea (inteligencia emocional) hacia canales que llevan la cuestión de regreso al control racional de estos estratos mas antiguos.
Sin embargo, a pesar de los grandes esfuerzos de la psicología del control y la imposición del ideal, ellos siguen ejerciendo su influencia a través de los síntomas individuales y sociales.
Es hora de entender que solo a través de un discurso que tome en cuenta todo esto, no para controlarlo sino para articularlo, es posible la producción de una subjetividad capaz de amar en un sentido diferente. Enzo Messina Achaval
*“por su sensible carácter conservador filogenético, su independencia de los estímulos exteriores y, sobre todo, la incontenibilidad de su producción de estímulos y el impulso creado por esta, los automatismos endogenos constituyen un sistema de independencia fuera de lo común que son muy poco influidos, y solo muy indirectamente en el aspecto casual, por la totalidad orgánica en la que se encuentran incluidos.” Lorenz, Konrad. Consideraciones sobre las conductas animal y humana. Planeta-Agostini. 1984. Barcelona, España. Pagina 164.