Pobre vs rico y rico vs pobre
Publicado en Nov 06, 2009
¨Los cargadores¨ fueron vaciando la vivienda a la vista de los vecinos, que creían que los inquilinos con quienes nunca cruzaron ninguna palabra se estaban cambiando del lugar. Por otro lado, los pocos traúsentes que pasaban enfrente de esa vivienda, saludaban a los supuestos cargadores que les devolvían sonriendo la cortesía. Ellos aprovechaban las vacaciones de los propietarios para entrar a sus viviendas abandonadas por algunos días, las cuales eran saqueadas en su totalidad, con la técnica del simulacro de una mudanza.
A pesar de haber participado ya en algunos robos de vivienda, ¨ los cargadores ¨ siempre se quedaban con la boca abierta ante tanto despilfarro de lujo: La entrada, con una puerta de madera de cedro traída de Guatemala, la parte de atrás cubierta de cuero de un jabalí cazado por el dueño; el vestíbulo, con doble altura, que podría caber el caballo de Troya. Enfrente de este espacio un gran ventanal, de donde se podía apreciar en toda su magnitud una gran superficie interior, símil a las alfombras verdes de los campos de fútbol, rodeada de pinos y eucaliptos. Los pisos, cubiertos de mármol traído de Italia. La sala, tenía dimensiones de salones de patinaje, rellenas de vitrinas que ofrecían al espectador una colección de vasijas de cristal cortado. La cocina, con los más modernos aparatos, de los cuales, muchos de ellos se encontraban casi nuevos, ya que las muchachas que ayudaban a la dueña en los quehaceres del hogar, no sabían como funcionaban. Los largos pasillo, estaban adornados en una de sus paredes por pinturas y artesanías hechas manualmente traídas de los rincones más incógnitos de la tierra, alumbrados durante el día por la luz de sol que atravesaba los grandes ventanales y por la noche por luces dirigibles hacia estos objetos. Las habitaciones, invitaban a soñar, ya que las entre-cortinas eran de seda traída de China y las cortinas principales de terciopelo rojo o azul con encajes color oro importadas de Alemania, las camas tenían colchones de agua y sábanas de seda brillante con diseños de diferentes paisajes orientales, la mayoría con un sol radiante en distintos colores. Los baños, tenían accesorios de plata, diseñados y forjados exclusivamente para esos espacios. Los pisos de mármol, eran cubiertos por alfombras de nudos, las cuales fueron compradas en varios miles de dólares, quizás, elaboradas por manos de niños procedentes de algún lugar asiático, en donde son defraudados por los dueños de dichas empresas, obteniendo salarios inferiores a los de los adultos o incluso sin ningún sueldo, recibiendo como alimento, sólo arroz con caldo de patas de pollo y en condiciones infrahumanas: con jornadas de quince a veinte horas diarias, permaneciendo, durante ese lapso, sentados o de rodillas en lugares con olor a humedad, apretados entre ellos, con poca luz natural y artificial y sin ventilación. Además sus manos sufren constantemente, cortadas a consecuencia del hilo filoso y elementos punzantes, las cuales son inmediatamente cauterizadas con cera de vela, evitándose así, manchar con la sangre la alfombra, a los pocos meses esas manos se parecen a los miembros de un viejo por las constantes cicatrices y las nuevas heridas, cubiertas de costras. Encima, acaban con la espina dorsal hecha un cristal, debido a las deformidades en la columna y como topos los mantienen en sus madrigueras a oscuras; así que lentamente se van quedando ciegos. Finalmente no tienen más remedio que morir a temprana edad, puesto que sus pulmones no respiran oxigeno, sino se llenan de polvo y pelusa de la lana o del algodón. •- Oye, están bien chidas esas alfombras, hasta se parecen a las del cuento de Aladino, sólo les falta volar. •- Ya déjate de pendejadas y cárgalas en el camión, antes de que los vecinos se den cuenta que no somos de la mudanza. •- No te apures, que acabo de saludar a una señito que iba trotando y cargaba unos ¨pans¨ bien pegadito al cuerpo... Creo que podemos estar tranquilos, pues estos ricachones creen que somos unos simples cargadores. •- Puta, están bien pesadas. ¿ Cuánto crees, qué nos pueda dar el cabrón del árabe? •- Pues, a la mejor algunos meloncitos por cada una. •- ¿A poco cuestan más que una tele o un estereo? •- Creo que sí, pues éstas si parecen originales, mírales las etiquetas, ahí dicen que son ´made¨ en Pakistán y en la India. El otro día, por casualidad, pasé por una tienda que vende este tipo de alfombras y vi que, tienen precios en dólares. •- Pues hay que apurarse en vaciar la casa para ir a venderlas...
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Carlos Campos Serna
Abrazoootes
MAVAL
Un relato denunciante y punzante sin duda, aunque se me perdió un tanto el hilo de la primera parte y después empiezas a contar el origen de como se producen estos objetos de valor...
hay como dos relatos en uno (deberías verlo _sin pensar en molestarte eh?)
Por lo demás , me sonreí un tanto de tu historia que es coincidente con mucho de lo que sucede en este país ,donde entran a robar a casas de balnearios de lujo con camiones y todo ...claro" ladrón que le roba a ladrón, tiene cien años de perdón"...pero bien se sabe que quien roba así solo lo hace para su beneficio, pues otra sería si a lo Robin Hood regalará esas cosas a los pobres ...así que bien es cierto eso..."como pecas ,pagas"
Saludos cordiales!
Carlos Campos Serna
Saludos,
norma aristeguy
La verdad, leyéndote uno no sabe si estás hablando de una casa de hoy, o de la vivienda de alguna autoridad del viejo Imperio Romano!
Por otra parte la describes tan bien en tu historia, que si uno se pone en la mentalidad del que la roba, piensa que hasta debe darles ganas de "echarse" sobre alguna de esas alfombras o camas, a dormir o quedarse a vivir allí !
Realmente, cuánto alarde de lujo ante tanta pobreza que está sufriendo el mundo, no?
Un abrazo amigo escritor.