La guerra que me dejo sin abuelo.
Publicado en Apr 01, 2009
He leído que hace 70 años se rindió Madrid. Los muertos, por las calles destrozados, los niños huérfanos, las heridas del alma apenas empiezan y mi propia familia inicia un éxodo que solo Dios sabe cuando terminara. Aún vagamos perdidos entre los muertos, llenos de sangre, olvidados, queriendo no ser parte de la tragedia siendo por desgracia nuestra, carne de nuestra carne, y abrimos los ojos en un nuevo día, con la memoria intacta, preguntándome como era el abuelo Manuel, campesino de la aldea de Cua, sembrador de amores en la tierra que pudo ser mi tierra, y que de alguna manera es mía, en su herencia de amor. Como serian las horribles horas de Miguel en la cárcel de Alicante, y tu Pablo que pensamientos pasaron por tu mente en esos últimos instantes de vida en Majadahonda, la tarde que fue de agobios, triste con lluvia se me antoja, y la sangre corriendo escurridiza a los bordes del camino y los ríos de llanto de los sobrevivientes, y las heridas que los años cicatrizan dejando feos costurones en la piel, y mi abuelo que nunca conocí, y la muerte por todos lados y la desolación y el hambre, real, mordiendo las entrañas de los vivos y los niños sin pan, llorando y las mujeres desesperadas por no poder acallar el llanto de sus crios. España en llamas es mas que un trago amargo y desolador es mi propia vida destrozada por la guerra. Ojala la masacre entre hermanos no se repita, y vaya cada cual a su modo remediando, remendando las heridas del alma que duelen mas, profundas y sangrantes poco a poco cicatrizando, al perdonar y volver a intentar abrazarnos como hermanos.
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