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Publicado en Nov 10, 2009
Todos los niños crecieron, excepto uno. El no tenía piernas, y crecer de la cintura hacia arriba no cuenta, de todos modos, el era feliz ya que se había enamorado de un cactus, lo frustrante era que cuando intentaba besarlo, se hería los labios con las espinas.
Un día lluvioso el cactus desapareció flotando en el agua, el niño intentó rescatarlo pero recordó: -Maldita sea! no tengo piernas.. Así que se cubrió con miel y mas tarde, fue comido por las hormigas.
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Antonio JImenez Villa
FELICIDADES Y SALUDOS DESDE MEDELLIN.
ANTONIO J.
Sebastian Rodriguez Cardenas