Un amor tan viejo como el mundo
necesita permiso.
Se propone endulzar las amargas reacciones
de cruzados modernos,
de Savonarolas festejando en su infierno
las pasiones desnudas, el motín del averno.
Como cuesta admitir lo distinto en la tierra
de envases iguales,
censurando creaciones que invitan a un
tiempo de sueños, mixtura y debates.
Cercenar derechos tan funcionales
a la mantención de privilegios y escatimar
esfuerzos en lograr superar los moldes,
la asfixia que afirma lo viejo.
Defícit de tolerancia que sentencia
y encadena los impulsos mas primales.
Un amor tan condenado, viejo como el mundo,
nuevo como esa involución que día a día
enorgullece a los oscurantistas e inquisidores
que extrañan su reinado.