"Integral" de ayer
   La vieja canción resonó en mi memoria. Su patio se llenó de semblantes curiosos que escudriñaban los rincones buscando hambrientos la codiciada presa. Los últimos calores del verano asaltaron despiadadamente los cuerpos nuevos.
   Me recosté en alguna de tus paredes. Estampé mi nombre para la posteridad y te conté sobre mis locas intenciones, atrapando tu vuelo, siempre por encima del límite de mis sueños.
   Nos recibiste de nuevo, como cada año que no parecía terminar nunca, que se estiraba evitando nuestro compromiso, que emergía dictándonos la senda.
   Te recorrí en tu gran vuelta manzana de aulas excitantes. Me sedujo tu jardín prolijo donde descanse horas libres, lindando quinta por medio, con el "Echeverría" el rival de la manzana mayor, envidioso de tus contornos, de tu gente, de la historia que marcaban en tus baldosas los pasos de aquella generación dinámica, pujante y talentosa.
   Te pretendí como a una mujer fascinante, reluciente y frágil. Me cercaste en tus dominios dirigiendo mis sensaciones hacia la profundidad de tus entrañas.
   Madre flexible de cachorros indómitos. Tu esencia se reconstruye cuando mi voz te pronuncia, Cuando mi manos te escriben ebrias de nostalgia en estas páginas y tú, solo atinas a descansar mientras clausuras promociones y tus arrugas se acumulan como las mías.