Este relato nos habla acerca de las diferentes actitudes que tomamos en nuestra vida. Nos ayuda a comprender un poco más acerca de ellas. Recuerda: tus actitudes y respuestas ante las diversas situaciones en la vida hablan mucho de ti.
En este caso, ya llegando al mes de diciembre, la idea principal es llevar nuestra mente al pasado, transportarnos hacia esos tiempos en donde nuestra mayor ilusión era esperar la llegada de Santa a nuestras casas.
Y es que ¿quién no se preparo alguna vez con ilusión para ese día? En lo personal yo era una de las que dejaba leche y galletas en la cocina para que mi buen amigo San Nicolás, al dejar los regalos, se encontrara con algún detalle, y es que yo pensaba que dejar tantos regalos en tantas casas y en tantas partes del mundo, debía ser agotador.
Quizás tú no fuiste uno de los que dejó leche y galletas, quizás eras uno de los que se volvía loco escogiendo las diferentes bambalinas para decorar el árbol donde santa te dejaría los regalos, o quizás eras uno de los que escondía la tarjeta entre el árbol para causarle problemas a San Nicolás para encontrarla ja, ja, ja. Recordarlo trae buenos recuerdos no?  Fueron momentos tan felices, tan llenos de ilusión en nuestras vidas y que aún son tan importantes para disfrutar este mes de diciembre.
Y luego al ser un poquito mayor alguien te dijo que San Nicolás no existía y tú, todo sorprendido, reaccionaste con tristeza o lo superaste rápidamente pues te diste cuenta de que la navidad se trata de ser feliz, de tener ilusiones, de compartir.
El efecto San Nicolás es lo que ha quedado en ti cuando te dijeron que San Nicolás no existía. Podría ser el primer verdadero encuentro conciente con las primeras emociones profundas que conociste en tu corazón de niño. Desde esta realidad tú puedes haberte programado equivocadamente para afrontar la desdicha, o bien puedes haber tomado una actitud optimista para la vida. La Navidad y San Nicolás te han ayudado en tu crecimiento personal si pudiste comprender lo bello de esta historia infantil.
De acuerdo a tus reacciones hoy tu disfrutas más o quizás menos de la Navidad. Pero te sugiero que mantengas la Navidad para ti y para tus hijos como un momento mágico, en el cual todos disfrutan y se divierten esperando regalos que el mismo Dios o universo ha logrado seleccionar para ti. Metafísicamente tu Navidad te corresponde tal cual como lo que es: un momento de unión familiar y de regocijo. Ábrete a esa energía y disfruta mucho! La alegría debe continuar. Es buena para nuestro equilibrio mental y espiritual! Feliz Navidad para todos ustedes! Y un feliz 2010.