Flotó el humo del cigarro dentro de la estancia viciada de olor a tabaco. El escritor contempló su trabajo que yacía frente a él, apilado sobre un escritorio. La primera hoja decía solo una palabra: MEMORANDUM. Escrito en letras rojas con un plumón lo suficientemente grueso para que el mensaje resaltara. Debajo de MEMORANDUM comenzó a escribir otras palabras, esta vez con pluma negra y en cursivas:
 "Este es mi último escrito en vida. Si la muerte me lo permite continuaré escribiendo. Espero que esto le sirva a algún sobreviviente, espero que aún haya sobrevivientes. He decidido despertarme de esta pesadilla de la única forma que se hacerlo: muriendo"
Debajo de esto puso su firma.
Abrió la ventana de la habitación, no había sol, solo tinieblas. Miró hacia abajo, había al menos siete pisos separandolo de tierra firme. El humo de cigarro se coló por la ventana, como si el edificio fuera el fumador y no el escritor que allí se había albergado. El escritor se subió al escritorio, miró de nuevo hacia abajo, aferrandose del marco de la ventana. Finalmente se soltó.
Mientras caía, el escritor que creía muertas sus ideas pudo vislumbrar una más.
El edificio fumaba mientras escupía al último escritor en la faz de la tierra.