MI NIÑA AMARILLA II
Publicado en Nov 24, 2009
Mi niña amarilla, mi dulce hermana, mi amante más fiel, mi mujer sin mácula. Empiezo mi día respirando tu nombre, profundamente, pausadamente. Me lleno de ti en todo momento, y en todo lo que hago, mi niña amarilla...!
Empiezo mi día, contigo, a tu lado, mi día que se prolonga en minutos agitados, lo transformas en hermosos lagos de luz y de paz; si cierro los ojos o los abro. En cada instante y en cualquier espacio, estás siempre tú. En lo que hago estás, y en lo que no hago, también estás; en lo que escribo, en lo que aprendo, en lo que enseño... estás en mis sueños, estás en el agua que bebo, en el aire que respiro, en el camino que caminan mis pasos. Mi niña amarilla... ¿Quién habría imaginado que ese ¿”adoras a Kafka?" hubiera traído a mi vida tantos deseos acumulados de amar y ser amado... a Kafka que ya he olvidado?
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Mar
Jos Antonio
Agradezco tanto tus comentarios marinos, Mar, que casi estoy seguro, son propios de un ritmo familiar en ti. Y te agradezco también porque al regresar al texto, le he encontado dos detalles que me di a la tarea de editar.
Mar