INEXPLICABLE MUERTE
Publicado en Nov 24, 2009
Imagina que es un día como cualquier otro. Suena el despertador, tratas de apagarlo y en vez de eso cae del buró en el que está puesto y se hace añicos. Son las seis de la mañana, lo sabes porque el despertador ha sonado y porque esa es la hora a la cual siempre despiertas.
Caminas por tu cuarto descalza, el camisón que usas al dormir se pega sensualmente a tu hermosa silueta, aquella que sólo yo veo pues estoy muerto. Caminas hasta llegar al sanitario, aún con los ojos entrecerrados y con cierto cansancio. No te detienes a verte en el despejo, sabes que eres como Narciso y si te vez por demasiado tiempo podrías quedar hipnotizada como él con tu reflejo. Mientras te duchas tienes una sensación extraña, como de estar desapareciendo. Si yo, aquel que está muerto, te dijera que es lo que realmente te está pasando, podrías sorprenderte, pero no morir. Sales de la ducha, secas tu cuerpo y te diriges al espejo, en él no vez tu reflejo sino la pared detrás de ti, como si no existieras. Sabes que allí estas, que entre aquella pared húmeda y aquel espejo empañado por el vapor te encuentras tú, sin embargo, no apareces. Imagina que eso es lo que me pasó a mí, el que te está observando muerto, y también es lo que te ha pasado a ti.
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Salvador David