La venganza de un corazon roto
Publicado en Nov 26, 2009
Yo nunca le hubiera hecho nada. Cerca de dos años y un solo error. Pero un error que le costaría la vida. Era casi diciembre cuando descubrí todo. Todavía me pregunto ¿Cómo me pudo hacer eso? Fue una infame sin duda alguna. No puedo creer que me haya traicionado por ese imbécil. Yo nunca le hice nada malo. Al contrario siempre le ayudaba, la apoyaba, hacia todo lo posible porque ella estuviera bien. Inclusive después de su traición seguí tratándola como si nada hubiera pasado, pero a partir del momento en que supe de lo que había hecho, mi sonrisa ya no era de amabilidad y amor, era de su destrucción puesto que me prometí a mi mismo que me vengaría. Ella nunca lo sospecho. Me tomo cercas de un mes para planear mi venganza. Recuerdo que le hice una invitación para una cena especial. Ella inocentemente asistiría a dicha cita, sin saber que iba camino a su muerte. La cite en mi casa para evitar sospecha alguna. La trate amablemente. "Hola ¿Qué tal?" dijo ella. "Hola" le respondí. "Pasa por favor". Entramos al comedor, y antes de que pudiéramos cenar le dije" Olvide las bebidas en el sótano. ¿Me acompañarías a traerlas?" Ella sin cuestionar acepto. Mi sótano era inmenso. Era casi la mitad del terreno de mi casa. Recorrimos el obscuro sótano lentamente. Este solo tenía focos chicos que alumbraban un poco. Al final del sótano estaba una especie de celda, como las que hay en las cárceles. Ahí guardaba yo mis pertenencias, pero ya la había vaciado para dicha ocasión. Al llegar a la celda le dije. "Mira ahí están las bebidas". Ella entro al igual que yo. Entonces la adormile con una inyección. La encadene en medio de la celda, de manera que no pudiera moverse. Cuando despertó no sabía nada, ni en donde estaba, ni que había pasado. Pero pronto recupero el sentido. Encima de ella se encontraba una botella de acido que podía perforar hasta el más poderoso metal. Gracias a una pequeña perforación en la botella, caían gotas de acido en su cabeza y gota a gota la atravesarían. Ella fue gritando de dolor, mientas yo disfrutaba todo esto. Mientras esto pasaba, la acuchillaba varias veces hasta cansarme. La deje con vida y le dije" No puedo creer que me hayas cambiado por ese inútil, por esa basura ¿Porque me hiciste esto?" Tome una pistola y apunte a su cabeza. Me dijo "No lo hagas ten compasión". Le conteste, "Si como tu la tuviste conmigo". Le dispare atravesándole la cabeza. Después tome el cuerpo y lo queme para que nadie supiera nada. Cuento este relato para que a quien quiera traicionarme lo piense dos veces si no quieren acabar como esta pobre.
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Edgar Omar Neyra
Seguire tùs trabajos
Veo que eres mexicano y nueva en estè portal aquì recibiras el apoyo y el cariño de todòs y porsupuesto de tù servidor
Felicitaciones
Estrellitas
Un gran abrazo
Pa`lante que aùn hay mucho por escribir y un mundo nuevo por descubrìr.
Edgar Tù amigo siempre fiel!!!!!
Salvador David
Me gusto tu historia, la sencillez con la que la manejaste. Buentrabajo!