A pesar del supuesto destino
Publicado en Nov 26, 2009
Tenemos la oportunidad de encontrarnos, como hermanos, como todo, una entre un millón, tú y yo... en medio de un mar infinito de tiempo y espacio alrededor, y despreciamos el momento porque creemos que adelante siempre hay algo mejor. Tenemos la oportunidad de encontrarnos, de regalarnos... una sonrisa mutua, una mirada, un suspiro, agradecer a Dios por este encuentro y preguntarnos: ¿Qué harías por mí? Tomarte de la mano para que no tropieces, encender una pequeña flama en tu mano fría e indiferente, abrazarte para protegerte. Porque anhelo ser tu hermano, tu amigo y todo... Y preguntamos: ¿Qué harías por mí? Pronunciar tu nombre en silencio celebrando en una estruendosa fiesta, oculta en tu pecho, la felicidad de tu amistad. Mirando estupefacto la belleza de tu ser. Lamentando con un llanto contenido, la efímera permanencia del momento que al fin se ha de ir, y quedar inerte, relajado oculto en el recuerdo. Porque tuvimos la oportunidad de encontrarnos, casi de la nada, en esta oportunidad rara. Porque pronunciamos en la distancia un quizás... y nos sentimos tan cerca y estrechados al uno al otro. Nos miramos... frente a frente, en la cercanía del contacto, tiramos los puentes y nos dimos la espalda con una sonrisa de desconsuelo. La sutil y fría mirada que soslaya a este instante sin magia; pequeño y fugaz presente. Tan cerca... tan lejos... Solo porque en los detalles no encaja esta oportunidad, y no somos del tipo, ni del uno, ni del otro. Pero pedimos un instante y tuvimos una oportunidad, y que hicimos del momento... un nunca jamás. Simplemente porque en los detalles no somos del tipo del uno, ni del otro.
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