Nunca te olvidaré
   Carlos fue un testigo fundamental de esta historia. El también padeció la influencia que alrededor nuestro construía vocaciones y generaba hábitos. Su historia se adhirió a estas páginas por eso, prefiero endeudarme con él en mis palabras y dejar que las suyas se instalen definitivamente en esta evocación
   "Anoche, en un rinconcito de mi corazón, mi conciencia encontró todas las letras de tu nombre envueltas en un manto de terciopelo con un moño color azul y una tarjeta blanca escrita con tus lágrimas "Nunca te olvidaré"
   Ella las llevó hasta mi mente y las colocó correctamente para que yo te recordara y te soñara junto a mí mientras la mañana no llegara.
   De pronto surgiste de la nada vestida de blanco y muy sonriente, me viniste a buscar para bailar entre fantasías que de niño solía imaginar y cuando te cansaste nos echamos a descansar junto a un río de recuerdos que nos hicieron muy dichosos hasta el amanecer.
   De pronto paso el nombre "Integral" y chapoteaste con frenesí para tomarlo entre tus manos. Lo secaste y le hablaste. Cerramos los ojos y después de un rato todos ellos estaban a nuestro alrededor, deseosos de charlar sobre los viejos tiempos, las peleas, los machetes y las broncas por el uno que nos puso el profesor.
   Al rato Jorge y Patricia tomaron sus guitarras y uno a uno cantamos alguna vieja canción que me estremeció el corazón. Olga y Martín se pusieron a bailar, mientras tú te pusiste a llorar. Ella y yo discutimos sobre cosas que no tuvieron sentido. Alberto y los otros bromearon a Ruloneo y Viri desde allá manoteaba flores con Cristina al pasar.
   Los que se fueron vinieron también. Los que añorábamos no quisieron faltar. Todos estuvimos en la gran fiesta que jamás hubiera deseado que llegara al final.
   Pero la luz me sorprendió, ellos se fueron y tú regresaste a mi corazón. Yo retorné a la realidad acurrucado en mi cama, abrazado a mi almohada, con mis ojos llorosos y mi madre a mi lado secando mis lágrimas con un pañuelo bordado con cada uno de los nombres de mis compañeros, los del "Integral".
                                                                             Carlos Farías - 1976