Crimen en la calle Pringles
Publicado en Dec 03, 2009
Corría el año 55, cuando el mudo Gambini, un ladrón de poca monta del barrio Carabaza, fue encontrado muerto junto a su perro Zimba en la calle Pringles.
Era una de esas noches donde la fina garúa, calaba las almas de los valientes que trataban de hacerle frente, esa lluvia con mezcla de niebla, sabía cubrir bien a los enamorados en los callejones y esconder bajas pasiones, odios y rencores. Lo cierto es que aquel sabandija no merecía tal muerte, tanta ira, tal rencor y desprecio por la vida humana. Si bien Gambini era un ratero, pertenecía a una “familia” ,los Cancerberos, familia la cual tiene a sus hijos bien vigilados, y si sospechaban que el hijo había torcido sus pasos lo “ mandaban a dormir sin comer”, como sabia decir Pedro chico el mandamás de la familia. Se dice que fue por amor, otros que fue por una deuda no pagada, pero lo cierto es que el cuchillo penetro su garganta y terminó en su ombligo, esparciendo sus viseras por el adoquinado de la calle Pringles, solo su perro, mudo testigo de aquella noche puede dar fé de lo ocurrido. Era un día como cualquier otro en la Argentina del General, las fábricas abarrotadas de trabajadores, los trolebuses cargados de poderosos brazos dispuestos a forjar el futuro, se movían como gigantescos ciempiés hacia las zonas portuarias, los canillitas pregonaban las noticias “la nación quinta, La princesa Sofia presenta sus joyas en el museo de arte…” o “ Extra, extra Gran cargamento de dinero desaparece misteriosamente..” Los cierto que los gritos del pequeño canillita se perdían en la maraña de sonidos de la cuidad. El mudo el menor de los 14 hermanos Gambini, era un hombre de origen italiano criado en las riberas de la Boca, en la época en que lo conocí solo era un muchacho bueno de condición humilde y corazón amplio. Nos hicimos amigos por casualidad yo viajaba a la casa de mis abuelos en el trole 403 cuando un problema mecánico me dejó a pata, entonces metí la mano al bolsillo y solo contaba con una moneda de 25, pedí entre la gente pero nada, todos estaban embarullados en sus problemas, mis problemas crecían hasta que llamó mi atención un pobre ciego que estaba en la esquina de la plaza. Sus ropas harapientas, y su falta de higiene me hablaban de que no la pasaba muy bien, y con voz quebrada casi como un moribundo pedía “10 centavos por caridad 10 centavos para poder comer…” .Sentí en ese momento de que mis problemas de traslados no eran nada ante aquel pobre ciego, me compadecí de él y le dí mis 25 guitas, dejandolas caer en la lata de tomate que tenía por alcancía, “Dios te ayude hermano… pero solo te pedí 10 centavos no 25…” me quedé sorprendido, como había podido adivinar de cuanto era la moneda si ni siquiera la tocó, entonces bajó sus lentes oscuros y guiñandome un ojo, me dijo “ Tomá las 25 guitas y seguime…” Presuroso tomé el dinero y nos encaminamos hacia un callejón cercano, el caminaba con dificultad y me pedía que lo guiara. Ni bien doblamos la esquina del callejón se entró a reir. “En serio me querias ayudar, sos un perejil, no te diste cuenta que veía, si apenas te marque que bajaste del 403 me di cuenta de que sos un pelagatos…” lo que pasa es que pensé que estabas en apuros y con hambre, entonces…” entonces larga otra carcajada que casi lo deja sin aire y dijo “ vení yo te voy a enseñar a sobrevivir pero te doy 2 o 3 truquitos y depués estas solo eh…”
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Guillermo Capece
Seguire con la Segunda.
Saludos
Ricardo Fernndez
Ricardo Fernndez
Stivaly Maestre
Ricardo Fernndez
Ricardo Fernndez
Ricardo Fernndez
gabriel falconi
queda un final muy abierto
excelente la ambientacion de la epoca
estrellitas
MARIANO DOROLA
UN ESTILO AUTENTICO.
UNA PROSA ENVIDIABLE.
UNA TRAMA ATRAPANTE.
MENSAJES, REFLEXIONES Y MORALEJAS ABUNDANTES DISPERSAS CON MUCHA SUTILEZA EN EL RECORRIDO HISTORICO DE LA ANECDOTA.
MUCHISIMO TALENTO.
VA A MIS FAVORITOS CON 5 ESTRELLAS
SIR MARIAN
haydee
No me quedó en claro por qué lo mataron.
No serías vos, para ocupar el lugar vacante?
De onda, Saludos.