TAN LEJANO XXI
Publicado en Dec 04, 2009
Munro: la calle
Desde la puerta de mi hogar pude divisar el derrotero de mis viajes que pugnaban por salir victoriosos de aquel concurso forjado por la nostalgia. Me interné en las calles de mi barrio decidido a rescatar el aroma de sus jardines, empeñado en saludar a mis vecinos, extrañados por mi inquieta presencia. Y cruce las esquinas de la niñez, escribí en los muros las consignas que me movilizaban y enfrenté antiguos espacios inspiradores que poblaron momentos gratos de emoción y ternura. Un poco más lejos, el tren, en un resuello final se detuvo en la estación de las esperas. Mis melodías se treparon a los vagones inundándolos con fervor y pasión, de pura adolescencia. Frente a la estación, separada por los depósitos del ferrocarril, la feria convocó al chusmerio en un ir y venir de changuitos que comenzaban a verse vacíos ante el rigor de las nuevas medidas económicas que el "flaco" y el "orejón" habían dispuesto. Munro se enamoró de mi paciencia en la época de los ultrajes. Me vio llegar alegre o triste hacia su seno, pero siempre listo en la defensa de su integridad territorial, cuando los que vivían deslumbrados por las luces del centro vociferaban sobradores, ignorando su ubicación Munro me escogió entre sus adoradores. Me fui convirtiendo en guardián celoso de sus intimidades, soldado orgulloso de sus contiendas barriales por minitas deslumbrantes o picados definitorios. Me marco su sello. El pibe de barrio no se desprende fácilmente cuando escalamos posiciones. El pibe siempre aparece para bajar el copete de los presumidos. El pibe nos guía con humildad en los avatares de la vida. Yo acepté tu progreso lento como vos mi alejamiento circunstancial. Vos me vas a trascender y yo seré solo un recuerdo para los que me vieron surcar tus calles.
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Jorge Dossi
Con afecto
Jorge
Jorge Dossi
Un abrazo
Jorge
Ricardo Fernndez
Marcos Reaper
Muy bueno.
Marcos