Del dolor, la tristeza y la nada
Publicado en Dec 05, 2009
Prev
Next
Siempre me decía preparate porque ella no es eterna, algún día va a morir y debes hacerte a la idea para no sufrir tanto, y mi contestación era: si ya lo se no hace falta que me lo digas.
A su alrededor algunos tenían quejas de cuan posesiva podía ser y de cómo quería dirigirles la vida, otros se peleaban por sus cosas antes de tiempo.
Había nacido un cuatro de enero de 1931, en Entre Ríos. Su madre llamada Juana era la mujer más apacible que conocí en mi vida, murió cuando yo tenía 15 años. A su padre no lo conocí, trabajaba en los trenes.
Su infancia fue buena mientras duro. Tenía sirvienta, alhajas de oro y hermosos vestidos hasta que por vergüenza su padre no fue más a trabajar y quedaron en la pobreza.
Pronto debió salir a trabajar a la edad de once años de sirvienta.
Desde ese momento el karma de otra vida la persiguió por siempre. Siempre le costo todo.
Cuando tuvo 18 conoció a miguel y quedo embarazada. Nació Amelia y detrás Miguel Ángel, Juan Darío, Raquel y Carlos.
Su vida continuo llena de sacrificios; pero eran felices.
Llego a la familia mi padre, Lalo, que pronto se acoplo como un miembro mas, y la abuela María al verlo tan huérfano lo adopto.
Durante esa época la vida le asesta un duro golpe: Miguel Ángel se suicida arrojándose debajo de un tren. No puedo imaginarme por más duro que sea el temple de la persona o lo mal que te haya tratado la vida: el dolor infinito que puedes llegar a sentir al ver tu semilla perecer. Es terrible a lo que el ser humano se acostumbra, ya que la ley natural indica que debe ser al revés.
Luego la calma y un suspiro de felicidad. Ahí fue cuando mis padres se casaron: Ramón y Raquel se unieron hasta que la muerte los separe.
Cuando nací yo todos estaban felices, era su juguete nuevo y me aceptaron con gran fascinación y paciencia, la misma que tuvieron todos a lo largo de mi vida.
Fui creciendo y a pesar de que nacieron otros nietos, yo era su primer nieta pero también su hija y crecí viendo a mis tíos como mis iguales, como mis hermanos.
Con el trascurso de los años tome la comunión en la Iglesia Santa Rosa de Lima. Parte de la estructura la construyó mi  abuelo Miguel.
Luego insistió en que tome la confirmación, era su deber pues era mi madrina. Así lo hice solo éramos ella, yo y dios.
Cumplí 15 años antes de esto vivía un tiempo en casa y otro tiempo con la abuela china. Me daba mi desayuno, mi almuerzo, dinero para la escuela y me atendía lo mejor imposible.
Termine la escuela, conocí a Ricardo y quede embarazada a la misma edad que ella. Fue una gran alegría. Ella participo activamente en mis actividades y en la de mi hijo.
Una sola vez recordó lo que yo le había dicho cuando era mas joven ¨Nunca voy a casarme y voy a conseguir un trabajo, viviremos juntas; anhelando quizás que viviera con ella.
El 22 de noviembre del 98 mi abuelo murió; toda su vida se vio opacada por sus recriminaciones hacia ella, que inobjetablemente había dedicado su vida a su familia.
De pronto la casa que estaba llena de gente, se vio vacía. Ella quedo sola. Todos hacia su vida. Mi tío trabajaba de día y estaba con ella pero de noche regresaba a su casa.
Nació Abril mi segunda hija, la luz de mis ojos, tan esperada tan pequeña.
Pasaba los fines de semana entre mi mama y yo. A veces íbamos a pasar el día a su casa.
Página 1 / 1
Foto del autor Maria de los angeles
Textos Publicados: 5
Miembro desde: Dec 01, 2009
1 Comentarios 325 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

del dolor ,la tristeza y la nada

Palabras Clave: dolor tristeza

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos


Creditos: A mi abuela

Derechos de Autor: Maria de los Angeles Agero

Enlace: ndr3w12@hotmail.com


Comentarios (1)add comment
menos espacio | mas espacio

Ricardo Fernndez

TE amo mucho
Responder
December 08, 2009
 

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy