Veo al mundo  desconsolado, vacío, hundirse en la penuria,
perderse en la más soez y hambrienta lujuria.
Veo al hombre como en un juego, matar con avidez,
vivir en un absurdo,  pasar con rapidez.
Lo veo fabricar armas de muerte,
aunque padece un hambre latente.
Se nombra a si mismo: "el ser más inteligente",
pero suele ser el más salvaje de repente.
Los niños pobres, viven con las panzas llenas de lombrices,
el olor a podredumbre les  invade las narices.
Me hacen cavar mi propia tumba,
Nuestra civilización se derrumba;
en forma de asesinas bombas
desafiamos a la muerte haciendo bromas.
¡Grito protestando... no me escuchan!
¡Hablo de la paz... y me rechazan!
¡Digo la verdad, proclamo libertad...!
Pero... mis palabras se pierden
en  el aire, en el que todos arden.
Silencio, nada.
Porque soy... un testigo mudo.