Me toca cocinar y no ando con vueltas,
se de tu fascinación por las berenjenas,
y aprovecho para soñar con tu festejo,
con tu cara feliz en el espejo de la soledad,
apurando ese trayecto hasta mi casa,
implorando el tiempo para despatarrarte
sobre mi aburrido Kerouak y fatigarme
con tu beso mas rebelde,
con tu fuerza derribando los fantasmas,
con tu apuesta que contagia y me hace falta.
No voy a pedir helado, voy a fantasear
con tu piel maracujá y sorber tu llanto
alimonado, escuchar a Bill Evans y explorar
tus bragas nuevas,
adentrarme en las fronteras y sitiar
a tus reservas,
demostrarles mi taurina decisión
de confrontar.
El alba se filtra indecisa y tu cuerpo
descansa cautivo en mis manos arañas,
y aunque no me toque voy a prepararte
tostadas para recordarte que sos prisionera
de cada segundo robado a mi causa.