En el acto de amarnos...
Publicado en Dec 12, 2009
En el acto de amarnos,
nos miramos en la intemporalidad de este momento, nos buscamos con el tacto a través de esta oscuridad, como un par de ciegos. Recostados, con el pulso acelerado, las caricias son nuestro único lenguaje. Cierras los ojos y no dices nada, solo estás a la espera de que algo suceda. Sensual e inerte, percibes el tráfico tumultuoso de mis dedos sobre tu piel de seda. Aprietas tus labios como en el suplicio de un martirio, apenas percibo que tiemblan, un sollozo es la réplica a la caricia, un suspiro profundo que escapa de tu boca semejando una queja. Murmullos, muchos de ellos son como el sonido de la multitud entre las calles de la gran ciudad acá, en la oscuridad iluminada de este espacio sin fin. Uno a uno recorro con pasos lentos tus puntos de fuego sobre tus dunas blancas, mis manos ejecutan virtuosas la danza del fuego sobre ti, mujer, cuando toco tu punto G. Tu piel se caliente y enrojece como el hierro al contacto con el fuego, cálida y húmeda es tu respuesta, tus manos se retuercen anhelantes, fuertes, suaves entre mis cabellos como queriendo exprimir la vida de mi cuerpo. Me envuelves fuerte con tus brazos, exiges la frenética arremetida de la turgencia de mi ser, la que calienta como el hielo y mata al fuego. Solos nos miramos, solos... tan solos... abandonados mutuamente a nuestra suerte Te miro... desnuda, desnuda de ropa, desnuda de ideas, desnuda de penas. Anhelante te esperas, retorcida entre mi cuerpo, perdida entre mis poros, ahogada en mis aromas. Anhelante me exiges con la suave pureza entre tus piernas, Ahogarme fértil en ti.
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