Tal vez crea saber que es el final
   Mis manos se empecinaron en perseguir las últimas frases que les dictaba mi conciencia. El cansancio me vencía nuevamente y no sabía a ciencia cierta, si seguiría peregrinando por mi historia, trataría de componer una canción desesperada o me sumiría en el preciado sueño de la conquista.
   Tranquilice mis sensaciones y alboroté mi estomago con los últimos amargos bien lavados para no dejar dudas de la poca importancia que últimamente les prodigaba a mis mateadas.
   Revise los papeles que se quedaron a medias, en el recorrido final hacia mi voz ardiente de lecturas, sedienta por introducir correcciones y maldecir ubicaciones inconvenientes.
   Me acordé de las horas libres en el "Integral", de alguna partida de ajedrez con Luis y de algún beso que reviví un anochecer en Munro pisoteando las hojas que el otoño había puesto a mis pies para ensordecer tanta hipocresía.
   Fumé más de lo debido, anticipándome al éxtasis triunfal del deber cumplido y trate de explicarme porque todo tenía que terminar de una determinada manera. Porque no dejaba librado a la imaginación concebir el final de una epopeya viviente que vino a distraer la monotonía de mi actual existencia
   No podía seguir engañándome. Mi memoria volvería una y otra vez a refrescarme aquellas emociones cuando en esta travesía apareciera Juan Balance a reclamar su crédito.