Ha sido de malas en el amor, se ha enamorado pocas veces, sin contar los deslices, caprichos y estereotipos que ha tenido, pensando bien, buscando en el baúl de los recuerdos hallo que no han sido más de cuatro veces en las que ha entregado su alma a otros. Algunos fueron perversos con ella, otros indiferentes y en el resto no sabe que paso. Ahora, en el momento, Marelisa cree estar enamorada nuevamente, sus ojos llenos de nostalgias, se ven mas vivaces, radiantes y lúcidos que de costumbre, ya han pasado seis meses, tiempo de intercambio de caricias, sueños y mortales, pero bohemia como se define, Marelisa se siente la misma, cree que su amado la ha dejado, que la ama de boca para adentro, busca en que ha fallado, cree que su extraña, pero ideal forma de querer la condena, algunas veces piensa que el encanto que ven los que llegan se acaba, que los ojos verdes, que parecen de cristal terminan por convertir el amor en un diario vivir, que la rutina es mas fuerte, que su elocuencia, su encanto natural de mujer sensible y artística la lleva a un triste atardecer lleno de mentiras y espejismo.

No se porque, pero se ha sentido usada en todo este tiempo, su comportamiento lo describe, sus gestos, sus rencores escondidos , ella afirma que los besos, los abrazos y el hacer el amor ha sucedido por complacer al compañero, esta forma extraña de querer de la mujer encantadora en apariencia es la que la condena; el amor es de dos, de vez en cuando piensa, pero ella se ha encerrado en sus miedos, en su tosca forma de quererse, ella se sacrifica, en vez de estar a merced del mayor de sus temores, el cual a toda costa quiere evadir: La soledad que le produce el hecho de estar sola, sola como el transitar, triste como las almas solas, agobiada como el amor esclavizado e incomprendida como un demente.