No importa a que lado te dirijas; en la vida siempre existe la pelea, la pelea con el rival, la pelea con el nemesis, con tu negativo. Y tarde o temprano llega el momento de enfrentarse con "la sombra".
Yo estaba en tercer año de secundaria cuando conocí a Ricardo.
La hora: el receso.
El encuentro se dio en el patio trasero de la escuela.
Estaba llegando a las canchas listo para jugar fútbol, y entonces lo vi: Con la camisa rota y manchada de sangre. En ese momento se peleaba con alguien mas débil que él.
Me acerque para ayudar a la víctima, quien era del mismo salón que el mio.
-Deberías de aprender a no golpear a los que sabes que no pueden contigo-
le dije.
Ricardo hizo contacto visual. Tan solo fueron unos segundos, pero la mirada profunda hizo que parecieran eternidades.
-Tus ojos reflejan que darás una batalla sincera y hasta el final-
él dijo.
-Entonces, empecemos-
continuo.
De pronto, supe que esta pelea ya había sido preparada mucho tiempo atrás.
Y no solo para saber quien es mas fuerte, tampoco nada tiene que ver con la lucha por la corona alfa, sino que esto era una lucha de poder, para defender a mi grupo quienes querían seguir jugando en el patio libremente, o para que los de Ricardo se convirtieran en los dueños del lugar.
No se que vaya a pasar...
... pero lanzamos el golpe al mismo tiempo.