Dos rosas y un poema
Publicado en Dec 17, 2009
Dos rosas y un poema
Todas las mañanas, llegar a su oficina, conectar su PC, preparar su café, y disponerse a trabajar, es su rutina diaria. Lo primero que ve es su correo, selecciona lo que debe contestar de inmediato de lo que puede esperar; una vez servido su café, enciende su cigarrillo... Entre sorbo de café y pitada de cigarro, inicia su trabajo, los días son siempre igual uno del otro. Esta vez será distinto, algo cambiaría definitivamente su tediosa rutina. Alguien esta vez se asomara a su ventana, y le dará un giro especial a su vida. Esa mañana un correo equivocado provoco en ella un feliz encuentro, estaba sola hacia tanto tiempo, desde aquel amargo día, hacían ya cuantos años, ¿dos? ¿Cuatro? Lo importante es que ya ni se acordaba. Sentada ya en su escritorio, se dispone a contestar los correos, de pronto uno llamo su atención, alguien del otro lado del océano le escribía, ¿quién sería? Un cliente nuevo quizá, el contenido era distinto, hablaba de unos libros, que había leído y daba gracias por habérselos recomendado. No entendía nada, solo hizo un comentario, y lo dejo sin más, continúo con su trabajo Al día siguiente había un nuevo correo, era una dirección de correo instantáneo, pensando en una humorada, le contesta que no sabe de que se trata, recibe una nota de vuelta, en donde le dice que es el destino que lo llevo a conocerla que lo agregue a sus contactos, le parece divertido, piensa que puede pasar de malo, lo agrego a sus contactos y pronto ya estaban los dos charlando, de libros, fotos, música, poetas, de ovnis, de viajes etc. Etc. Día a día el golpeaba su ventana, y sus charlas se fueron haciendo cada vez más largas, mas personales, cada uno contaba sus vivencias, sus sueños, sus miedos y esperanzas, ella le cuenta de su trabajo que la apasiona, que su vida es feliz, quizá un tanto solitaria, que ama las rosas lilas, y que le encanta escribir poemas. Cada mañana, ella aguarda en su ventana, y el espera la llegada de su tarde para entrar por ella, mientras trabaja de pronto el aparece y ambos se saludan, ella vuelve a su trabajo, es feliz, porque ya su día no es una rutina, a diario le espera una buena charla con un amigo. Cercana a su medio día, ella cierra su escritorio, toma su laptop y se marcha, al cafecito que está en la esquina con la secreta esperanza de encontrar a su amigo y charlar mientras descansa. Él, espera impaciente que pasen prontas las horas de su mañana, da un paseo largo, por castillos, puentes, calles y jardines fotografiando rosas para luego enviárselas, junto con una nota o quizá un poema. Algún poema prestado que le haya tocado el alma de solitario señor de esas tierras, cuando llega a su casa ya es hora de la merienda. Él, una vez en casa, se da a bajar sus fotos y busca, lee, lee y elige el poema que mandará a su amiga, sabiendo que en su correo ya tendrá un saludo desde esta tierra lejana, con fotos de los bellos parajes, volcanes, de nuestras playas, alguna de nuestras plazas, del desierto florido con flores únicas y bellas. Cuando llega el medio día, ella cierra su escritorio, toma su laptop y se va a un pequeño cafecito, está cerca, al llegar a la esquina, en donde almuerza, se toma un tiempo de descanso entre su café y su cigarro. Una vez en el café, ya conectados los dos, se dan a una divertida conversación, ambos cuentan sus historias, sus vidas, sus sueños, sus amores frustrados y sus nuevas esperanzas, ella cuenta que es geóloga, que su vida es su tierra, en donde busca riquezas, en minerales para conocer más de ella. El también cuenta su historia, le cuenta que enseña canto flamenco y danza, en la universidad de su tierra, que ama las rogativas que escribe para la Virgen, que todos los días lee a Antonio y Manuel Machado, Cayetano Bretones, Tomas Segovia, Pablo Neruda y Vicente Herrera chilenos ambos y su favorito es Borges, que colecciona pipas y plumas con que escribe sus versos, que vive solitario en su mundo de baile y canto, que todos los días sale a recorrer viejas calles, llenas de la alegría de gente joven, que le alimenta el espíritu para seguir bregando por este mundo como le toco vivirlo, así en solitario. Ella responde que también ama el canto, la música de quien sea no importando quien canta, le gusta nuestro folklore que baila cueca y también canta, que lee mucho a Gabriela, Neruda, Herrera y a otros tantos, que hace mucho que escribe novelas, cuentos y versos, que no le ha dicho a nadie, que le da miedo el ridículo, que también es solitaria su alma por un desencanto, que hace ya algunos años le partió el alma en pedazos, que nunca se podrá recuperar de tanto llanto y de tanto sufrimiento. Y así se pasan las horas charlando y charlando de libros, de poesía y de canto, de lluvias por estas tierras y de calor sofocante que él está sufriendo. Un día en su oficina le pusieron una webcám, y en ese minuto ella le pide permiso a él para probar la cámara, ese día se conocieron se miraron a la cara, el dice que quedo prendado de ella, que es muy bella, a partir de ese día, en su correo ella recibe dos rosas y un poema, ya no de versos prestados, ahora son solo para ella, el dice que ella es su musa inspiradora, que esos versos brotan solos de sus entrañas Ella es mas reservada, solo sonríe coqueta cada vez que lo ve llegar por su ventana, sabe que esta sensible, que no debe bajar la guardia, cada poema que llega a su correo cada mañana es más lindo que el otro y se emociona, su corazón late aprisa y sus ojos se llenan de lagrimas. Busca entre sus autores y contesta con poemas con fotos de muchas flores que a ella le tocan el alma, desde esa tarde en que ambos se conocieron siempre tiene en su correo dos rosas y un poema Los versos que diariamente recibe, acompañando sus rosas, ya no son prestados, oh! Dios, son palabras que brotan de su corazón, es ella quien inspira todos esos versos llenos de amor y admiración en que él le confiesa que la ama, que sueña con ella, que quiere pasar su vida con ella. Ella sufre, llora en silencio, tratando de entender cómo se puede querer tanto, sin haber tocado su cara, sin haber besado sus labios, sin conocer siquiera el tono de su voz, solo conoce sus versos que le hablan de amor, amor prohibido, imposible de tener, los separa un océano y millas y millas sin fin, Por eso ella en silencio vuelve sola a leer aquellos versos que le permiten soñar, soñar que un día él le dijo que ella era su querer que cada verso nacía solo por su pasión, que cada rosa llevaba su lagrima echa roció con un detalle especial. Solo deja su escritorio cuando debe acudir al despacho de su socio que la ve llorar y sufrir, y esta vez la han llamado, esa voz no es conocida, por ello sale de su despacho, y lo ve ahí parado, es su amor, su amor lejano que la mira extasiado, se acerca y la toma entre sus brazos y la besa delicado, en sus manos el le trae sus dos rosas y su poema.
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Queen
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JUAN CARLOS
Cariños..Juan Carlos..