Soledades
Publicado en Apr 15, 2009
El monte lleva al silencio,
letargo de cada uno, donde amalgama la risa, se entumece, o resuena, estremecida entre frondas de dolientes hojas secas. El monte no se comparte sino con la propia suerte, como la canción primera que surge a golpes de hacha, de cansancios, de esperanzas, como espectro trémulo quieto. Y el viento que husmea alegre, acerca el canto lejano, el sabor del agua fresca, el rubor de grana amarga desprendida de quimiles (para colorear las almas). ¿Sensaciones? Son ambiguas llorar o reír da lo mismo. Y en la soledad del monte añeja, brumosa esencia, se escuchan pasos que vienen, que se alejan, se aletargan... ¡Y no llegan...!
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Sodican