Mi encuentro con el Niito Dios.
Publicado en Dec 19, 2009
Prev
Next
Image
Era una de esas noches calmadas en las que todo mundo irremediablemente tiene un sueño pesado. Desgraciadamente, en ese "todo mundo" no entraba yo, pues como suele pasar a veces, tuve que hacer una visita nocturna al baño. Volví somnoliento a mi cama, tallándome los ojos, y descubrí que tenía un invitado: era el Niñito Dios.
Estaba yo preparado para su visita. Cuando yo era niño se gestó en mí (así como en muchos otros niños) el deseo de poder verlo algún día. Bueno, pues ese día (o noche mejor dicho) había llegado.
Me senté a su lado en la cama y empezamos a conversar "largo y tendido", tal como dice mi abuelita. Le platiqué yo de mis actividades diarias, y de todo aquello que había hecho yo en la vida hasta entonces. Le conté de cómo me llevo con mi familia, le conté de mi escuela, le conté todo acerca de mis relaciones en los distintos grupos sociales (que tonto debí verme, hablando de grupos sociales con un niño). Le conté en especial de mis amigos y amigas. Sobre todo de esas últimas amigas que había hecho, las cuales ya quería yo tanto, que las consideraba como mi segunda familia.
-Entonces si ellas son tu segunda familia, también merecen regalos de Navidad ¿no crees?- dijo el Niñito.
-Si, estoy totalmente de acuerdo. Y por cierto, no me había cruzado eso por la cabeza.- le respondí.
-Jajaja- Se río de mí el Niñito, pues teniendo yo una edad tan joven ya hablaba como adulto- Entonces... ¿Qué les quieres regalar?-
Tomé aliento y le contesté- Pues mira, a Quetzalli me gustaría regalarle un castillo hecho todo él de cristal. Sólo cristal y nada más. Para que ella pueda jugar ahí siempre, y para que cada vez que sonría, su sonrisa llena de luz ilumine el castillo entero, y así todas las personas podrán ver su sonrisa con la misma hermosura con la que yo la veo.
Para Martha me gustaría poder regalarle un mar entero. Un mar hermoso y cristalino, con olas que cada vez que choquen contra la arena le recuerden que la quiero, y que ese mar  siempre esté en la puesta de sol. Así cuando ella lo vea, ese mar se va a reflejar en sus ojos de caramelo derretido, haciéndome ver aunque sea por un ratito lo que debe ser el cielo.
Para Ana quisiera una sonrisa que nunca se le acabara, una sonrisa que ella pudiese mantener siempre. Una sonrisa bonita, así como ella la tiene, ni más ni menos. Es lo único que quiero para ella.
Para Tania, quisiera un pedacito de cielo con muchas nubes suavecitas, donde ella pueda brincar y descansar todo el día de los problemas que le aquejan. Y que ese cielo este todo él lleno de ángeles con quienes ella pueda jugar siempre, y que jamás halla noche en ese lugar para que ella no tenga que dormir más que cuando ella misma quiera.
Para Marijó quiero un jardín muy verde, donde ella pueda plantar lo que quiera, y que todo crezca bonito. Pero lo que más quiero de ese jardín, es que halla un lugar donde Marijó pueda estar, un lugar donde todo el mundo se pueda dar cuenta que ella es una rosa atrapada en el cuerpo de una mujer.-
El Niñito se me quedó mirando un rato después de que acabé mi monologo, y al final me dijo. -¿Sabes? Son muy bonitos regalos. Pero, ¿Tienes dinero para comprarlos?-
En ese momento sentí que me caía un balde de agua helada. Haciendo un gesto de dolor le contesté -No, la verdad es que no lo tengo. ¿No podrás tu prestarme un poco?-
-Jajaja- Se volvió a reír de mí.- ¿No se te está olvidando que voy a nacer en un pesebre? No tengo ni un céntimo, ni un peso, ni un dólar, ni un euro, ni nada de eso que se utiliza ahora.
Con esa contestación me puse muy triste, pues yo quería poder devolverles a ellas todo el cariño que me habían brindado hasta entonces. Al verme un poco afligido, el Niñito me dijo -Pero ¿Sabes? Hay algo que si puedo hacer por ti. Aunque yo no soy rico financieramente, si lo soy espiritualmente. A partir de esta noche te regalaré muchos dones. Tú harás sonreír a Quetzalli cada vez que quieras con algún detalle o con alguna palabra, y la felicidad que le provoques y que te provoques, la compartirás con todo el mundo. Tú serás el castillo de cristal. Te daré la capacidad de decirle a Martha que la quieres con el corazón, y también el don de que te veas reflejado en sus ojos, y más importante aún, que encuentres siempre en esos ojos un pedacito de cielo a través del amor con el que ella te va a mirar. Tú mismo serás ese mar. Te daré la capacidad de hacer sonreír a Ana las veces que quieras con que tan solo le des un beso. Con que le des un beso ella siempre sonreirá. Tú serás el guardián encargado de que su sonrisa no se apague. Te daré la capacidad de siempre encontrar algo que decirle a Tania para calmarla. La capacidad de siempre jugar con ella aunque sea solo con un sacapuntas de juguete. Te daré la capacidad de ser siempre alegre para que le muestres la luz del día aún cuando el reloj marque la madrugada. Tú serás esas nubes. Te daré el permiso de ser el jardinero de la rosa encerrada en el cuerpo de mujer que tanto quieres. Te daré el permiso de cuidarla y regarla, pero cuidado, es también una responsabilidad, de ti depende que el mundo se de cuenta lo que ella es en realidad.
A todo lo que me dijo asentí con la cabeza, pues mi garganta estaba obstruida por los canales de lágrimas que subían lentamente hasta mis ojos, para salir solo a través de mis párpados.
La noche continuó, y al final el Niñito tuvo que irse. Al día siguiente utilicé todos los dones que él me había dado, de a uno por uno. Hay unos que todavía estoy aprendiendo a utilizar. ¿Y saben qué es lo más gracioso? Hasta hace poco me dí cuenta de que el Niñito me estafó. Él no me dio los dones. Al menos no en ese momento. Yo ya tenía los dones desde el momento en que había nacido, pero ese Niñito Divino me había visitado para poder darme cuenta de que puedo utilizarlos en el momento que yo quiera, y por el tiempo que yo quiera, al fin y al cabo, el amor es lo más libre que existe.
Página 1 / 1
Foto del autor Quique
Textos Publicados: 2
Miembro desde: Dec 17, 2009
5 Comentarios 570 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Se acerca la navidad, y es mucho pero mucho ms de lo que yo pens.

Palabras Clave: Encuentro Nio Niito Dios Navidad Regalo Reflexin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (5)add comment
menos espacio | mas espacio

Quique

Muchas gracias. Vay realmente hasta me emociono. Que comentario tan...¿Cómo decirlo? Creo que la palabra es perfecto. El mismo comentario me ha hecho llegar a conmoverme, siento que no fue en vano escribir. Muchísimas gracias por las estrellas.
Responder
December 21, 2009
 

Nayadeth

Que hermoso relato,
me ha gustado mucho, tiene inocencia,
humildad, cariño, tanto, tanto afecto que puedo puedo oir a tu corazón desde acá!
Tiene ese algo que cuando te introduces en el cuento
no puedes salir hasta terminarlo.
Y los regalos, fué lo que más me conmovió, son tan humildes, y a la vez lo más hermoso que puedes
dar a una persona sabiendo que no estas al alcance de dar el mar, o un pedacito de cielo.
Pero sí eso regalos los tienes tú, o más bien dicho, eres tú. Como dice el niñito.
5/5 estrellas para ti!
Adiós :)
Responder
December 21, 2009
 

Quique

CON AMOR LA VIDA ES PERFECTA
Responder
December 21, 2009
 

Quique

Muchas gracias por el comentario. De hecho así es, en esta Navidad es mejor regalarse uno mismo que regalar cosas materiales. Me alegra que el sentido del relato no se halla perdido. Mil gracias.
Responder
December 20, 2009
 

Mara Jos Schiavi

Querido Quique:
Excelente relato y muy conmovedor. El relato tiene la verdad ya que lo importante es regalar a los amigos o a los seres queridos lo mejor de uno, el cariño, la honestidad, la sonrisa y la contención, ya que a estos seres le hace bien la presencia fisica y espiritual de uno, Lo material a la larga no tiene importancia, ya que van y vienen, sino el amor, el dar y recibir amor de los seres que uno ama.
te envío saludos, suerte y estrellas.
María José
Responder
December 20, 2009
 

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy