Jardn marchito
Publicado en Dec 20, 2009
De infinitas estrellas pinte tus crepúsculos
involucrando mi corazón marchito y desolado en una muerte de un sol que languidecía, y con el canto de ruiseñores mi vida partió dejando mis ramas en extravío y secas en un cielo donde solo sollozaba la luna que agonizaba como yo de tristeza y congoja. Ahora...adiós amiga compañera de mi dolor, dueña de mis noches azules y sin embargo convertidas en halos de amarguras, de sueños rotos, de despojos en mi corazón; versos que enmudecieron en un cielo que se volvió huérfano de luceros. Las rosas y los jazmines de mi jardín se marchitaron y el colibrí de mis ojos derramaron sangre vertidas por las venas de mis manos que en un lamento fueron arrojadas a las profundidades de un mar marchito y sereno. Mis versos callaron el sonido de mi voz y antes que se marchitase arroje la pluma y entre espada y pared me confesé culpable de un amor inexistente; y con la sangre del sol en mis estratos mi vida huyo como aroma de nardos en Noviembre y ambicione mis sueños en existencia de los tuyos. Recostada en mi rosal marchito y frío busco encontrar mis otoños destruidos, en una espera que duele hasta el cansancio de saber que nunca regresaras a inundar de rocíos mis campos en desolación en mi jardín ya marchito...
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Ligia
Ligia Gómez
PATRICIA CRDOBA
Ligia
Ligia Gómez
Stivaly Maestre
mis mas brillantes estrellas para ti...
Ligia
Ligia Gómez
Angel Damin de Salinas
¡De pie ahora!
Que el inmortal lumen no se agota
Se filtra en la humead gota
Y florece el rosal aun con espinas.
Ve al manantial de las orillas
Mira bien tus pálidas y lastimosas mentiras
El aroma lo cubre todo
Son las calladas cenizas
Que mustias después del fuego y deseo
Se ven negras en el claro del día
Y sin reproches
Porque no fueron ni flor, ni fruto
Ni serán jamas semilla
Darán inicio a la pernee vida…
Y volverán colibríes, amapolas
Madre selva y caracolas,
Hongos salvajes y venenosos
Lunas nuevas, alondras, jazmines de mayo
De la luz saldar el rayo
Y con la lluvia todo olvido
Será recordado y el latir de tu corazón
Te dará la queja porque el jamas
Aun cuando todo se vio confuso
Y fue llanto y no sangre derramado
él muy valiente, no se recostó
ni se detuvo.