La Bestia
Publicado en Dec 20, 2009
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Aunque es una noche fría afuera de estos vidrios y estas latas, el volante esta tibio bajo mis asustados y ansiosos dedos. ¡La bestia está viva! Viva bajo mis pies, viva entre mis manos, viva a mí alrededor. Late y ruge y pide por sangre… ¡Pide sangre a gritos! Y no puedo… No puedo decirle que no.
Aunque es una noche fría afuera, la bestia me mantiene tibio. Soy el único que puede ayudarla a conseguir lo que quiere, soy la única persona que puede guiarla hacia los desafortunados.
¡Cresta que hace frío! ¿Por qué hace tanto frío? ¿Quién te manda a caminar sola a estas horas? ¡Cállate! Yo camino cuando se me da la puta gana. Claro… como no tengo frío, ¡sácanos! ¡Sácanos a caminar en medio de la noche! ¡Cuando no pena un ánima! ¡Vamos! ¿Qué importa? Si quieres puedo trotar, para ver si así te entra el calor. ¡No es sólo el frío! ¿Y qué más es? Bueno… podría pasarnos algo… ¿Como qué? Algo malo…
¡Tanta calle! ¡Tanto concreto! ¡Tan poca gente! La bestia no deja de hablarme y quiere comer, ¡quiere comer! ¿Y dónde está la gente? ¡¿Dónde están todos en este puto mundo?! ¡¿Dónde?!
Volvamos a la casa… ¡Volvamos a la casa! Hace frío. Ya sé que hace frío. Ya lo sé. Pero mis pies siguen con ganas de caminar. ¡Tú y tus pies! Tus zapatillas tendrán hambre de pavimento, pero yo quiero volver a la casa. ¡Quiero volver a la casa! Una cuadra más y nos devolvemos. ¿Qué te da por llegar a Simón Bolívar cada vez que salimos? No lo sé… Me gusta esa calle, supongo… Supongo. No te preocupes, falta poquito. Estamos llegando.
Corriendo a ciento doce kilómetros por hora a lo largo de Diagonal Oriente a la bestia le está dando más hambre, necesito que alguien venga, necesito que alguien se asome, necesito… Ella necesita…
¿Qué es eso a lo lejos? ¿Es una persona? Es una persona. ¡Es una persona! Prepárate, prepárate… Es hora de comer…
¡Listo! Llegamos a la esquina. ¿Contenta? Devolvámonos ahora. ¿Qué te pasa hoy que estás tan nerviosa? No sé. Tengo un mal presentimiento.
Sin embargo, en lo que pareció menos que un latido de corazón, un hombre desesperado en un auto destartalado pasó por encima de una mujer que hablaba consigo misma en la esquina de Simón Bolívar con Diagonal Oriente. El “accidente” en sí fue rápido. El robusto y bajo golpe del automóvil quebró ambas tibias como si hubiesen sido palitos chinos, siguiendo con el resto de su cuerpo.
El hueso se quebró. La carne cedió. La piel se abrió. La sangre salpicó.
Las gotitas escarlata bañaron el capó del auto, haciendo compañía a la sangre seca de otros trece desafortunados y solitarios caminantes nocturnos.
El cadáver se quedó en el suelo con las piernas destrozadas y sin conciencias, ninguna de las dos.
Por su parte, la bestia quedó contenta, al menos por esa noche…
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Foto del autor Javiera Donoso
Textos Publicados: 5
Miembro desde: Dec 19, 2009
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Descripción

Palabras Clave: bestia

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Derechos de Autor: Javiera Donoso


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