I
 
  Pasa,
suave, eterea
la mañana.
Se queda,
una lagrima rebelde
enredada
en mi ventana.
 
                      II
 
  Cuando me aleje
de esta tierra
escarben
mis versos,
talves 
en ellos
encontraran
mi alma
oculta.
 
                III
 
 Se cayeron
los sueños
de tanto
arrumbarlos,
invento nuevos horarios
para
no recordarte.
 
            IV
 
Amordaza
mis
lagrimas
con un
beso,
y
asi
no
reconocere
las calaveras
en la lluvia.
 
         V
 
Se ha quedado
la noche
con los ojos
inmensamente
abiertos,
yo,
ya
no
te
veo.
 
          VI
 
Anillo
tus
muslos
con
lirios
azules,
Tus labios
no
son
mios,
ni siquiera
son
palomas.
 
        VII
 
Te di
mis
caricias
bajo el sol
de medianoche.
¿Porque
no
dijiste
te
quiero?