Un Angel Caido
Publicado en Dec 21, 2009
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 A mitad del bosque olvidado me encuentro desnuda y sin respuestas del porque fueron arranquadas mis alas, del porque he caído tan bajo en un mundo de mortales inconscientes, desalmados, asesinos, violadores, casi...inhumanos, seres que han abandonado su bondad y la han cambiado por monedas falsas de oro. Me acurruco sobre la tierra fria, ya sin vida pues se la han arrancado, los arboles se retuercen, crujen y sollozan pues están muriendo poco a poco, una muerte lenta y dolorosa, no tienen la suerte de sus hermanos de ser aniquilados de una sola vez por las mascotas mecánicas y ruidosas de los demonios con sonrisas de codicia pura. Ahora lo sé, me han mandado aquí para que sufra el destino de la Tierra, las energías en este mundo son horrendas, son utilizadas para bienes injustos por las pocas personas que saben utilizarlas y saben el funcionamiento místico del universo entero, saben beneficiarse de las energias que emiten todos y cada unos de los seres vivos en este planeta, las desperdician a su antojo y eso me enferma, me revuelve mi estomago y me dan ganas de vomitar todo el horror que estoy precenciando sentada en la tierra. "No te han enviado por castigo, te han enviado para que los ayudes a ver mas allá de sus vacías mentes, hermana" una voz grave penetra en mi mente, la taladra forzando a ser escuchada. Me quedo sin habla. De entre un oscuro y muerto árbol se abre una gran grieta por donde sale un demonio blanco, con ojos rojo sangre, sus dientes afilados en una sonrisa macabra, con el tipico atuendo en el que todos los demonios blancos visten; una túnica negra con cadenas colgando de sus brazos, atadas en la profundidad del árbol. "¿Quien eres, que haces aquí?" le pregunto con la duda escrita en mis alas rotas ahora brillantes. "¿Yo? Yo soy en lo que te convertirás. ¿Que hago aquí? Hago lo mismo que tu, querida Tssel" se inclina hacia mi, pero sus cadenas lo retienen a la fuerzas haciendo que sus musculosos brazos sangren negro. "Dices que estoy aquí para ayudar a estos seres a verse realmente. ¿Como lo hago?" no me responde, estira el brazo y alcanza a rosar con sus dedos mi cansado rostro, no lo niego, ese rose era identico al de un ángel y lo había disfrutado lo cual me causaba algo de miedo. "¿Te ha gustado cierto?" pregunta con una cara mucho mas seria y espeluznante. Asiento con la cabeza. "Pues eso es lo que sienten estos mortales al tocar lo que mas aprecian; el dinero, lo creen como una deidad. Y solo te digo; resiste, pues si te sigue gustando mi toque estas condenada a vagar junto a aquellos que tanto aborreces" vuelve a rozar mi rostro como un recordatorio de su advertencia, se aleja y se vuele a meter al interminable hoyo del arbol muerto al cual esta atado...
 
Han pasado varias semanas y sigo sin terminar mi misión, regreso al bosque ahora con la ropa a la cual estan acostumbrados los humanos, he convivido con ellos y me he dado cuanta que no todos son unas malditos desalmados demonios. Pero no he encontrado razón alguna para seguir teniendo esperanza de que se salvaran de ellos mismos; así que regreso y me paro frente al árbol muerto, la atadura del demonio. Se escucha un crujido y de nuevo se abre un interminable hoyo del cual sale el demonio blanco. "¿Has tenido éxito?" pregunto con una esperanzada sonrisa. Niego lentamente con la cabeza. Su sonrisa se desvanece con el viento susurrando entre los arboles. "Entonces ya no hay por que resistir". Se inclina hacia adelante y me planta un beso en mis paralizados labios, sus labios se mueven con un movimiento sensual sobre los míos invitándolos a hacer lo mismo, y lo hacen, se rinden ante la tentación del demonio. Escucho como las cadenas crujen por la fuerza empleada de sus brazos para romperlas de una vez por todas, de todas formas ya no hay razón para seguir encadenado a un mundo donde ya no se encuentran esperanzas, estas ceden dejando libre sus brazos para rodearme completa y apretujarme contra él. Un demonio blanco solo es liberado de su prisión si un ángel se enamora de él y este igual, este era el caso y no había razón por la cual no pudiéramos dejar ambos nuestra misión: Yo de ayudar a los humanos y él de ayudarme a mi. Ambos regresaríamos a donde pertenecemos, no este moribundo planeta...
 
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Una pequea historia que se acababa de ocurrir :)

Palabras Clave: Un Angel Caido

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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Raquel Y.

buena pregunta: pues a donde pertenecen no me refiero a un lugar en concreto, sino mas bien al universo mismo, me entiendes? no se si lo sabrás pero este mundo funciona con puras energías manejables al antojo de nosotros los humanos ¿ habrás visto "El Secreto"? si si pues es lo mismo lo que hace que funcione todo lo que te dice la película, son las energías, y a eso me refiero con el adonde pertenecen, al universo, o mas bien a su energía.
Responder
December 21, 2009
 

Carmen Veronica

mmm...me gustó si pero....y a donde pertenecen?
Responder
December 21, 2009
 

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