HACER LA GUERRA
Publicado en Dec 21, 2009
Poder, querer, hacer la guerra y darse cuenta luego de lo poco que importa el temor, de lo mucho que duelen las voces quebradas que arrastran el odio de los cuerpos que mecen su historia en busca del viento. Querer, poder, hacer la guerra y gozar el suplicio de futuras mentes torturadas, hastiadas de palabras que condenan la farsa, que no olvidan y claman venganza, porque nada justifica esa metralla ni esas bombas que agonizan en subsuelos y que imploran ser el son de una batalla. Otra tierra no es posible cuando el verbo de la muerte luce presto a inaugurar, no hay esfuerzos ni discursos ni palomas que transmitan la victoria de la paz, solo tercas ambiciones, meditadas decisiones, generales con estrellas que sumar. Para el cielo de este tiempo no hay peor dificultad que estos hombres embusteros, hostigando con pretextos, cultivando la manía de matar Nada cambia, no se puede, gira el mundo enloquecido y los nuevos alaridos van regando la ciudad, todo es lodo, todo es poco, es la sangre una heroína sin puñal Es mercado, es consumo, son los juegos que no dejan de jugar tiembla el verso, ruge el trueno, es la vida una terrible iniquidad. Poder, querer, hacer la guerra y lamentar daños colaterales, tan lamentables y reales, como la risa de un niño que ansia morir en brazos de su madre, como el terror de la piel astillada encarnada en esquirlas de acero importadas. Les gritan canallas y no se detienen, les piden que arrojen su honor a la escarcha, para que se enfríe el sudor que los manda, la histeria que altiva gobierna sus patrias, no escuchan, no miran, no oyen, avanzan, en el horizonte divisan medallas.
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Jorge Dossi
Un abrazo y un 2010 pleno de sueños y proyectos.
Jorge
Jorge Dossi
Oscar David Gomez Del Valle
haydee
La sangre derramada, las voces calladas, las vidas aniquiladas en su nombre, no han sido suficientes para despertar una conciencia mundial en su contra. El negocio que genera la industria bélica, para unos pocos, los de siempre, arrasa con todas las posibles consideraciones. No hay esperanza de cambiar la situación.
La codicia y la ambición desmedida se imponen y seguirán sometiendo y aniquilando con armas cada día más sofisticadas.
Lamentable y desesperante
Alfonso Z P
un conficto con hermanos de toda la vida, algo que nadie desea pero que las
ansias desmedidad de poder gritan a los cuatro vientos: Patria, socialismo
o MUERTE.
A pesar de todo, Feliz Navidad: Alfonso
Roberto Langella de Reyes Pea