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¡ODIO O AMOR FRUSTRADO!

Publicado en Dec 22, 2009

¡ODIO O AMOR FRUSTRADO!

Voy a expresar algo que posiblemente me cueste algunos calificativos adversos por parte de sectores de la sociedad que sufren de este morbo en forma visceral contra los protagonistas de mi comentario. Lo titulo ¡ODIO O AMOR FRUSTRADO! Pero intuyo que esa aversión manifiesta por muchos, se trate más de amor por parte de ellos, pero su frustración al no poder, vivirlo, sentirlo tenerlo, disfrutarlo, lo transforman en un sentimiento que en el fondo no sienten pero que lo exteriorizan de ese modo para no ahogarse en sus propias amarguras al sentirse no formando parte de lo que quisieran.

USA, Los norteamericanos, los gringos, o los "musiu" como en forma despectiva algunos suelen llamarlos. Estado Unidos. Por Dios, eso es lo peor que puede existir, ese degenerado país es el infierno, los norteamericanos, los gringos o los "musiu" deben desaparecer de la faz de la tierra. Resumiendo, todo lo malo que se le pueda endilgar a una nación está allí representado.

Los ungidos de Dios, somos los demás, los latinos especialmente. Detestamos a esos demonios, nacidos entre el río grande y Canadá. Pero como nos agrada que lo que compramos diga made in USA, como nos gusta viajar a USA, visitar, Nueva York, Miami, Los Ángeles, Las Vegas, Orlando, Disney Word.

¿Para donde salimos a buscar un estatus de vida mejor que el que vivimos en nuestros depauperados países? ¡Para donde se van muchos de nuestro profesionales, a realizar labores deprimentes, como lavar platos, lavar ventanas, lavar vehículos, hacer trabajos de jardinería, pero con la esperanza que más temprano que tarde puedan lograr encajar en la actividad para lo cual se hizo profesional? Pero aún realizando esas actividades viven en mejores condiciones que si se hubiera quedado en su país de origen.

Como somos de hipócritas. Esa pobre actitud, sobre todo la latinoamericana no puede tener otro calificativo que el de envidia, sí, envidia porque no podemos ser como ellos y pasarán décadas, tal vez siglos para que podamos lograrlo y eso si es que cambiamos esa actitud bananera que exhibimos.

Los otros que son el blanco de nuestro "ODIO O AMOR FRUSTRADO" son los ricos. Bueno, no, ni siquiera los que se les puede llamar ricos, es contra los que de alguna manera han podido superarse en la vida, y logrado con tesón, con esfuerzo y trabajo, hacerse de un estatus digno para si y su familia.

En esto tienen un gran protagonismo los inmigrantes que arribaron a nuestros países después de la segunda guerra mundial. Todos absolutamente todos, fueron personas que llegaron en la más paupérrima pobreza. Hubo muchos de ellos a quienes los dejaron en los puertos sin tener una moneda para comprase un café y hoy la gran mayoría de estos ciudadanos son poseedores de riqueza y los menos con una condición de vida digna y decente.

Recuerdo que la mano de obra, más utilizada para la década de los años cincuenta era la de los inmigrantes europeos, sobre todo italianos y el salario que percibían cargando latas de concreto en el hombro para las construcciones era de Bs. 1.50 (hablo de Venezuela) ellos hacían una sola ingesta de alimentos al día, (si es que se le puede llamar así) y guardaban un bolívar. Ese sacrificio, esa voluntad de ahorrar pensando en su futuro y el de su familia los tienen hoy en una posición privilegiada sobre muchos de nosotros los nativos, que tal vez para la fecha teníamos mejores salarios, pero como buenos latinoamericanos despilfarrábamos el fruto de nuestro trabajo y muchas veces más, endeudándonos y de esta manera mantener nuestro condición de miserables y asalariados.

Pero después de cincuenta años esa actitud la mantenemos y seguiremos siendo pobres, miserables, siendo caldo de cultivo para que nos gobiernen bandoleros regímenes populistas, que nos ofrecen en sus prédicas insulsas, falsas y cínicas un estatus de felicidad que jamás será posible, puesto que ningún gobierno mantiene a sus ciudadanos, son los ciudadanos los que mantienen a los gobiernos con los tributos que estos aportan y los que le deben ser retribuidos en salud, seguridad y educación.

Pero nuestra miseria no se circunscribe solamente a la pobreza económica es que albergamos en nuestra alma, en nuestro cerebro la más absoluta pobreza mental y la transformamos igualmente en el mas nefasto de los sentimiento: "la envidia".

Así somos. ¿Qué podemos hacer? Simplemente cambiar. El problema es de actitud. Mientras no arrojemos por la borda esta miserable actitud de tercer mundistas lo que nos queda es esperar que inventen la escala cuatro para ascender.

Luís Varela Luzardo

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