NAVIDAD EN EL 4C
Publicado en Dec 22, 2009
Fermín manejaba, lentamente, de regreso a casa. Poseído por pensamientos intrincados, conducía ignorando los cornetazos que le tocaban para que acelerara el vehiculo. Iba pensativo, molesto, la incertidumbre le consumía los segundos sin encontrar explicación justa a lo que estaba pasando. Lo acababan de despedir del trabajo por errores cometidos por los supervisores bajo su responsabilidad, el como gerente de planta debió tomar decisiones sin consultar con la plana mayor, esa era su responsabilidad como organizador de la empresa de alimentos Inca Foods, filial de la transnacional Global Foods C.O.. Diez años continuos sin nunca faltar, sin cometer errores en la línea de manufactura y amen de ser colaborar y muy carismático con todo el personal de la empresa. Y ahora por un error indirecto del cual no tuvo ni la menor parte, ver que lo despedían dejando atrás parte de su vida. Para él que lo dio todo allí, no era fácil. Hasta su sangre dejo en la empresa cuando solicitaban donantes para aportar el fluido vital a compañeros en procesos operatorios, por accidentes de trabajo o debido a enfermedades.
Llegó a casa sin decir nada a su esposa, se dio un baño y salio a tomarse dos cervezas, eran los primeros días de diciembre y muchos postes de las calles de la ciudad, estaban adornadas con flores de Paraguaturcos o flor de la navidad, como se le conoce citadinamente. Los arbolitos engalanados, vestían de bambalinas multicolores, adornos y luces navideñas. Igual sucedía con las vidrieras de los negocios, por doquier luces y guirnaldas, despertaban el sentir de la navidad, que se acercaba con parrandas y gaitas en los centros comerciales y en los bulevares. Cabizbajo, entró a la tasca-Restaurant San Luís, donde se reunía con algunos compañeros de trabajo, uno que otro fin de semana. Tomas el dueño supervisaba los últimos retoques navideños, que daban al lugar, dos jovencitas contratadas para los ornatos. Este año al igual que los anteriores el parrandón de pascuas y los doce cañonazos se celebrarían con mucho ruido, acompañados por la espuma de las cervezas y el champagne, así como los tragos de licor que alborotaban el espíritu, muy propicio esto para el momento. Solitario y sumido en sus pensamientos, se tomaba la séptima cerveza, apenas conversando lo suficiente con Tomas al momento de pedir la fría bebida, este lo miro de reojo, preguntándose que le sucedía. Mas lo dejo tranquilo al ver que reflejaba tristeza en el rostro"ya hablara si quiere un confidente" pensó. Las gaitas llenaron el salón de ritmo y son y las parejas que comenzaban a llegar, contagiaron del gaitazo y salieron a bailar. Fermín con las manos en la cabeza, llena de preocupaciones, se levanto lentamente. Miro el reloj, marcaba las 9:15 p.m. Saco la billetera, pago la cuenta y se despidió con un adiós seco y melancólico que preocupo al dueño del bar. La mañana lo sorprendió despierto y acostado en la cama, sintió que su mujer se levanto y lo trato de despertar. _ Hombre despierta que vas a llegar tarde al trabajo. Que te pasa estas enfermo Primera vez en diez años que despertaba aquel hombre, acostumbrado a levantarse a las cinco de la mañana para ir al trabajo. _ No tengo que ir, me despidieron ayer, le dijo. _ ¿como? dijo ella _¡como oíste bien mujer, me despidieron ayer! Una vez más sin pedir explicaciones, saco a relucir su ironía. _ ¡lo que faltaba, un fracasado más! La miro no con odio por que no le nacía del alma, su alma no conocía el odio ni la rabia, ni el rencor. Pero la miro buscando el alma que gobernaba aquella mujer que siempre había sido insensible con él, a pesar de darle lo que nadie nunca le daría en la vida. Los días pasaron entre insultos y habladurías sobre él. Era como si quisiera aprovechar los momentos débiles, para circundarlo con su sombra perturbadora con la cual lo sello desde que lo conoció en las residencias estudiantiles de la universidad. El domingo veinte, ella amaneció haciendo las maletas y se marcho a casa de su madre abandonándolo, dejándolo solo sin sus venerados niños, luces de su vida. Quiso maldecirla por llevárselos lejos, pero la maldición no salio de su boca y como siempre se trago la rabia y el odio para que no tentaran a su espíritu y se sumió en una tristeza que comenzaba a roer su vida. Dos golpes muy duros al hígado doblegaron su voluntad, eran mucho para él en pocos días. Aquello lo deprimió hasta hundirlo en la tristeza y melancolía. El tiempo siguió su camino, mientras él, abatido y sentado en el sofá, se dejaba vencer entregándose a los devoradores de aliento, espectros de la muerte que deambulaban en las sombras de su mente; carcomiéndolo lentamente; robándole el deseo de vivir, y hundiéndolo en una inanición eterna, alimentándose solo de pensamientos que rumiaba lastimosamente Le dolía lo de la empresa, ¿donde esta lo humanitario? se preguntaba. Menos podía entender y nunca entendería la actitud de su esposa. _ que hice mal se pregunto en voz alta. Un leve y silencioso eco le devolvía las palabras en vez de respuestas. _ haberle dicho que si, le hablaba al lúgubre espacio, a la penumbra silenciosa. En retrospectiva pudo ver, que su alma noble, no le permitió advertir las enredaderas que se entretejían en su camino, cuando Olga le propuso que le diera un hijo. Ambos estudiaban en la universidad y vivían en residencias cercanas. Ella quería ser madre soltera, sabia que no era agraciada físicamente, si encontrar novio le fue esquivo se imagino que marido nunca. Él, joven e inexperto, bajo la presión de las amigas de residencias y algunos amigos, accedió. Se lo dibujaron como un acto de amor concebir un hijo con alguien que le solicitaba el favor, una joven mujer entregada a la soltería que otorgaba su virginidad a vox populi por un hijo, por un fruto del cariño. Le dijeron "eres hombre no puedes negarte" y luego el niño nació con una enfermedad congénita, lo que lo ato a ella por siempre. Luego vieron el alma simple, egoísta y vanidosa de Olga, que la mostraba con prepotencia. "Deja esa mujer, le aconsejaron ahora sus amigos, ya le hiciste el favor". Ya era muy tarde no podía renunciar a su hijito aquejado y luego vino Lucia que si nació sana, y se conformo y se quedo tranquilo sacrificándose por sus retoños. Todo aquel sacrificio para nada, ahora estaba solo y abandonado, sin ellos. _Era enfermizo, sin futuro, pero era mi hijo como abandonarlo a su suerte, no podía, tenia que estar con él. Articulaba palabras con la soledad, sumido en una letanía que amordazaba su voluntad y lo llevaba a lugares desconocidos, allí a donde solo la mente nos puede llevar, mezclado entre la multitud, recorriendo la cuesta pedregosa, se vio peregrinar y vio sangrar su alma. Y allí dio en cuenta que le había tocado cargar una cruz, como la del Santo Nazareno y sufrir mil sinsabores en la vida, para transmutar pecados que se arrastraban en el árbol de la vida, para liberar de pena a las nuevas generaciones; que brotaban de ramas corroídas y torcidas por el tropiezo de antecesores, que debilitaron la esencia encantados por el brillo del mundo. Era un sanador de almas. En el momento que su aliento expiraba lentamente, entendía la vida y su propósito en ella. Pudo ver las puertas de su memoria abrirse de par en par, y aparecer el molde eterico de su abuela, en lecho de muerte y en la frontera del más allá pudo comprender sus ultimas palabras, envueltas en las arenas del tiempo; de una profecia que se cumplia exactamente hoy "ahora estas solo, mijo, muy solo". Daba tristeza escucharlo hablar, en un dialogo silencioso, con soledad; su confidente y solitaria compañera, que cada segundo de vida lo acercaba más a la muerte, atrapándolo en sus redes laberínticas. Y él se sumía pasivamente entre sus múltiples brazos, como agradeciendo el favor. El veinticuatro a escasos minutos de recibir la navitidad del señor, Fermín languidecía y su cuerpo apenas respondía a señales de vida. Cuatro días sin ingerir alimentos, postrado en el sofá, alimentándose de pensamientos y sentimientos que lo ahogaban desesperadamente, sin encontrar la luz que lo guiara de nuevo a la realidad. El túnel se cerraba imperceptiblemente a su espalda y nadie se acercaba a la puerta del 4 C. Afuera del departamento todo era fiesta y alegría, los cohetazos y fuegos artificiales alumbraban el cielo repleto de estrellas. Las mesas estaban servidas de pavos, hallacas, vinos y panetones. La tasca-restaurant San Luís, estaba repleta de personas que brindaban y bailaban al ritmo del parrandón. San Nicolás y sus colaboradores aprovechaban que los niños estaban dormidos para dejarles los regalos enviados por el niño Jesús. Mientras en el cuarto piso departamento C, alguien gritaba en silencio. Con la voz del subconsciente, llamaba a su abuela muerta siete años atrás. Ella, que lo crió desde pequeño y le sembró semillas de bondad, desde allá lo escucho y vino hasta él. _Pero mijo que broma, como me lo tienen, le decía mientras sus manos acariciaban su pelo. _Abuela lléveme con usted, aquí estoy solo y muy triste, tengo frío abuela arrópeme. _ Si mijo vengase, hoy es veinticinco es navidad del señor y tenemos una cena muy sabrosa. Y le brillaron los ojos cuando supo que era navidad, y alegre le decía: _ Y tu hiciste las sabrosas hallacas, y el dulce de lechosa y el asado y contaras los cuentos de navidad y adornaremos el arbolito y.................. _ Si mijo, si mijo... Y se marcho, con su abuela a un lugar donde los hombres Y mujeres con alma de niño, de noble corazón, nunca sufren y mucho menos envejecen. DEDICADO A LA MEMORIA DE "RAMO"
Página 1 / 1
|
florencio
Daniel Florentino Lpez
de un hecho que se
repite en distintos lugares
con distintos nombres
Felicitaciones!
Saludos cordiales
Daniel
florencio
fue lamentable que nuestro compañero de estudios y deportes no pudiera sortear la suerte echada aquel fatidico dia, cuando le soltaron un toro de astas puntiagudas llamado "muerte".
saludos paisano.............
Alfonso Z P
Tal vez lo mejor que pudo ocurrirle a Fermín fue la visita de su abuela.
Muy bueno, felicitaciones.
Saludos: Alfonso