Captulo Primero
Publicado en Dec 30, 2009
Una dulce joven de pura mirada caminaba por el bosque cerca del anochecer. Salió a por el Romero, Marta su madre cocinaba junto al fogón una reineta con mantequilla y le faltaba algo más de sazón y envío a Teresa a por el. La Tarde era fresca, corría por entre las ramas de los ancianos ramalajes una brisa que calmaba el calor del verano que se despedía de sus amigos. Teresa adoraba vivír cerca del mar y del bosque. Conocía muy bien todas y cada una de las leyendas, y eso sabía que eran: sólo leyendas. Y ese día en partícular su mamá estaba preocupada, su padre José tardaba demásiado en llegar a casa. La pesca escaseaba, la pesca de arrastre de las empresas dejaba a los artesanos atados de manos y sólo podían esperar. Pero, para Teresa era cualquier otro 29 de Febrero. Se sentó en una roca cerca del agua calma riendo de su madre, pero aún cuando creía que todo eran historia pensaba una y otra vez en el Caleuche. ''Si existiera me gustaría subir, disfrutar un banquete y bajar''. Se acercaba más al agua y silbo pausadamente cuatro veces. Se sonrió y se dijo lo provinciana que era y que si seguía así, jamás lograría salir de la isla. Al dar la media vuelta de regreso a su casa le tomaron del brazo y cubrieron sus ojos y su boca. Teresa cayó en la inconciencia. Tras un rato indeterminado de tiempo vio que iba boca a bajo, sobre un caballo de crines dorados, de hocico largo y patas en forma de aletas. -¡El Caballo Maríno!- gritó- Auxilio, sueltenme. Que alguien me ayude. -Calma niña tu me llamaste. Nosotros te escuchamos y fuímos a por tí.- Teresa vío a un anciano de barba de plata. Sabía muy bien con quién estaba, con un brujo. Y la llevaba al Caleuche. Las aguas estaba oscuras, funebres como el techo. Y el caballo maríno se trasladaba cerca de un estrecho de islas. Teresa razonaba consigo misma. Se decía que probablemete se resbaló de la roca y se golpeó en la cabeza, y que todo lo que veía era producto de su imaginación. También pensó que si era un sueño podría estar en su cama durmiendo atiborrada con la cena y el kücken de manzanas de su abuela. Cerró los ojos creyendo con fuerza que al abrirlos nuevamente estaría a medio tapar, sudando y con sed. Despertando de un sueño fantástico del cuál no quería conocer el final. El viejo brujo la observaba con atención. Le leía la mente y no le quiso decir que en realidad no era un sueño, no quería asustarle más. Conocía a la niña desde antes que naciera y a sus padres, hermano y abuela...Lo mejor mientrás era que se mantuviese concentrada y con los ojos cerrados. Cerca de un cruce de islas, se cerró mas la noche y una espesa neblina reinaba casi toda la mar. Se oía el palpito del caballlo sobre el agua y el susurro de Teresa ''Es un sueño, es un sueño, es un sueño...'' El caballo al velóz paso llegó junto al Caleuche, el viejo brujo se sostuvo de una cuerda y con la ayuda de un tripulante naufrago subieron a Teresa a la barcaza, quien aún se repetía que ''todo es un sueño''. El anciano miro a su alrededor y vio otra cara demasido familiar y sabía que nada esa noche sería festivo. Saludo a los otros brujos hablando en un dialecto inentendible: no era mapudungun, ni pehuenche ni aimara, nada conocido por los hombres normales. Se agitaron las aguas y el viento arració, pero el anciano se llevó hasta el Caleuche a Teresa lo que se proponía. Fue hasta ella, la remecio y obligo a que abriera sus ojos......
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