Cuando miro tus hermosos ojos marrón, se que custodian una niña dulce... una mujer que es movida por una fe infinita, pero que la vida le ha enseñado que es mejor protegerse que  defenderse.
Reconozco en cada uno de tus gestos y miradas lo que tu corazón experimenta a cada instante, tú me has enseñado que amor es más que cuatro letras, que para ser mujer te reconociste y amaste a ti misma, que eres honesta mas no irreverente, que cuando haces el amor entregas el alma sin condición... que sueñas...  
Que para ti un beso es una manifestación importante, sueles ser espontanea, porque consideras que debes ser fiel a tus ideas y sentimientos, defiendes de forma apasionada tus creencias.
Amo tus ojos que me permiten entrar a tu alma, amo tus manos que me dan seguridad, amo tus labios que abren la puerta a tu paraíso, pero sobre todas las cosas amo a la niña en ti.
Te quiero por siempre a mi lado, no hacer parte nunca de tu pasado, despertarme a cada mañana junto a ti, y besar tu frente mientras a ti estoy abrazado.
Sueño con esperarte frente al altar en una atardecer frente al mar, y que mis ojos guarden para siempre la imagen... te confieso que son muchas las noche que en mi sueños te veo flotar en un esplendoroso vestido blanco, con tu larga cabellera negra azabache al aire, como un manto de seda.
Sé que no crees en el ritual, mas estoy seguro que a mi lado estarás, y si no son las leyes del hombre quien nos convierta en esposo... serán las del amor de Dios quien nos bendiga y nos una en un eterno lazo de amor.
Los sabios concejos de tu madre, gran mujer y generosa amiga... respondieron mis interrogantes y con sus palabras alimentaron mi esperanza...  "su amor por ti es tan grande que será ella quien un día te lo pedirá"... pero yo mi amada niña tratare por siempre de leer las señales y esperare el momento justo para recordarte que este hombre que te ama... feliz te esperara, para verte flotar en tu vestido blanco hasta el atar... en un atardecer junto a tu amado mar.
Quien te amara por siempre.
Alejandro.