La noche meridiano treinta mil
Publicado en Jan 07, 2010
Dicen que la noche se levantó entre los árboles,
y que estiraba sus brazos lánguidos negros como humo de cubierta quemada mientras se desperezaba, iba arrancando hilachas del ropaje pálido del atardecer y se los comía, en tanto el día se fundía en los pañuelos blancos sobre las cabezas de las madres que giraban y giraban en una plaza. A la inversa de las agujas del reloj, el tiempo desorientado, se convertía en hojas de libros. Acomodaba en sus senos perfumados de damas de la noche los gatos con ojos de moneda perfilada, en los paredones sin veredas, siluetas cobardes sin sombra propia. Dicen también que la noche parió en llanto un hijo en grises, lloró en aullidos de perros en camas crujientes de sexo en taconeo de puta olvidada en el descanso inquieto de la mentira en el fogoneo de un simulacro de fusilamiento; lo tomó entre sus manos oscuras como calles olvidadas y lo lanzó hacia el horizonte, ahi quedo. y como todo se paga en la vida; un sueño de paso lento se va inflando hacia arriba, le va acercando una marea alta de herida abierta, le va gritando desde la silueta abstracta de lo diferente las diferencias, desde el claustro atrevido, el liquido inocente del corazón,le va gritando desde los hospitales, nacimientos con nombre y apellido, en las igesias y sinagogas rezos fulminantes de piedad. El beso agrio de un pais que no se enamora. flota en olas cortitas, brilla sobre la superficie argentina de un río de secretos.
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miguel cabeza
Saludos cordiales
Gustavo Silva