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No todo es siempre como parece ser
Publicado en Jan 07, 2010
 Hay quien dice que yo hablo con los ojos... y es verdad... Todo me entra y me sale... por los ojos. Ellos son como una ventana transparente... Con facilidad, y porque pareciera que son autónomos, mis ojos dicen más de lo que mis palabras se atreven a pronunciar... ¿Y acaso, no será esa la primera pista para hallar el tesoro? Les recuerdo: no todo es siempre como parece ser. Yo puedo parecer suave en mi trato, pero ser violenta en mi crítica. Ordenada en mi estilo de vida, pero algo desordenada en mis emociones. Quizás enamoradiza, pero con un alto sentido de la lealtad. Muy soñadora, aunque reservada. De pocas palabras, pero con un sentido de observación muy agudo; combinado, de paso, con una memoria infalible. Tal vez, poco comunicativa, pero asertiva en mi opinión. Con una apariencia pálida y frágil, pero en mi interior férreamente definida... Sólo los elegidos conocen mis secretos, o mejor, sólo los observadores o descubridores se percatan de lo que realmente hay aquí: ¡Un auténtico Ángel! ¡Una prolongación del Sol! Porque así me llamaron. Decisión que celebro, por supuesto. Aunque me siento, de pronto, algo comprometida con semejantes nombres. He llegado a este planeta azul un dieciocho de Septiembre de algún buen año. Convirtiéndome así en una fiel representante de Virgo, regida por Mercurio, mensajero de los dioses. Símbolo de inteligencia. Alquimista de los pensamientos. Según los astros, reclame con este ejemplar: una dosis de timidez, diligencia, perfección y creatividad, también se supone que necesito tiempo para pensar y analizar cada cosa... Y es muy cierto. A esto podemos agregarle una ascendencia en Piscis. Es decir, entra Neptuno en el juego, como para aderezar una particular personalidad. Lo cual, para los entendidos, puede traducirse en otra dosis más de cierta espiritualidad, ensoñación y capacidad de servir; sin olvidarse, por favor, de la intuición, ni de la sensibilidad artística. Para que vean que los astros no se equivocaron conmigo, les doy una muestra: Desde el preescolar, donde estuve tres años, por querer, dizque estar siempre con mi hermano. Era bien tranquila, solitaria y muuuuuuuy tímida. ¡Ah!, pero lo mejor, lo más valioso, adivinen dónde estaba... pues sí, oculto: pintaba, dibujaba y recortaba como ninguna. Y rapidito aprendí a leer. Hábito que nunca he perdido, por supuesto... ¿Es que no les he dicho ya repetidas veces que yo soy un tesoro? Mi infancia fue muy feliz... Los recuerdos se entremezclan, siendo la preferida de mis maestras por obtener las más altas calificaciones. Mimos y consentimientos de mi mamá, pero nunca de mi papá... Juegos interminables con mi único hermano: yo siguiéndolo y secundándolo en todo. Vacaciones con mis primas en la playa. Una casa amplia, con ventanas grandes y largos corredores, pintadas de azul y blanco como el mar y la espuma. Un cantar tempranero de pajaritos, un color verde intenso y brillante del paisaje. Un río, muchas piedras, un caminito lleno de enredaderas. El mar hermoso y azul, imponente y misterioso, pero divertido. Y muchos, pero muchos grillitos locos decididos a dar mil serenatas nocturnas. Jugar y jugar hasta el cansancio y terminar con los cachetes rosados y más despeinada que de costumbre... Olor a niñez, a juegos felices e inocentes, a risas y sueños. Sin duda, una temporada feliz... por lo cual pagaba un alto precio: ¡Tomarme una horrible avena caliente en la mañana...! "Es que no me gusta la avena". "Mi mamá nunca me da avena"... Y una voz regañona me decía: "¡Pero yo no soy su mamá! ¡Así que se toma la avena para que crezca!"... Pero creo que mi querida tía como que me engañó, porque no llegué ni al 1:60. Y miren que constataba casi a diario cuántos centímetros iba agregando a mi pequeña humanidad. Las páginas del libro de mi vida fueron pasando, yo continué cultivando mi afición, o mi delirio, por la lectura. ¿Han conocido ustedes a alguna niña que gaste el dinero que le dan en comprar libros? O que cuando le pregunten: "Mi amor, ¿qué quieres que te regale?". Les diga: "Un cuaderno o mejor un libro..." ¿Creen no conocer a nadie así?... Pues, mucho gusto: yo fui esa niña. Esas letras y palabras impresas sobre un papel, todos los mundos que yo podía imaginarme con los libros me fueron abriendo un camino que todavía recorro feliz. Un camino cuyo nombre desconocía en ese momento y que me hacía sentir algo extraña al lado de mis compañeros de clases o vecinos... Poco tiempo después encontraría el nombre de ese camino por donde hasta hoy paseo y me divierto. Con el paso de los años, el tesoro fue aumentando su valioso contenido... Sobre todo el emocional, siendo adolescente me convertí en fan de un grupo musical. Sí, de ese grupo musical que hacía gritar y enloquecer a más de una niña... también yo fui una de esas niñas. Yo era una auténtica fan: tenía todos los discos, revistas, un cuarto empapelado de afiches, muchas fotos y cuanta cosa que llevara impresa el logotipo del grupo. Pero la máxima emoción, fue cuando mi tía me llevó a un concierto en el poliedro. Fue un domingo a las 10 de la mañana. La entrada costó una irrisoria suma ¡Pero cuán importante fue! Pues me permitió encontrarme con la magia de un espectáculo: un escenario, luces de colores, efectos, sonidos, aplausos, música, brillo... magia... "Arte". Una magia que me envolvió, que agitó mi corazón a mil por hora, no sólo por ver a mis ídolos en escena, sino por todo el mundo de emociones que se abrió para mí a partir de ese momento. Encontré el nombre del camino por donde, desde ya, quería transitar y expresarme. Entendí lo que quería y me tocaba ser en este planeta azul: "Artista" Este grupo y la música además de permitirme encontrarme de frente con mi vocación por el Arte, fue mi primera inspiración para escribir historias, convirtiéndose, sin yo saber, la literatura en otra de mis pasiones. Escribía historias que inventaba combinando las letras de sus canciones. Y hasta una novela me empeñé en escribir, creando los personajes con mis amigos y mis seres imaginarios... Esos, que siempre han jugado conmigo... Por otro lado, en el liceo yo tenía muchos admiradores... quizás más de los mi timidez me permitía controlar pero mi corazón suspiraba sólo por uno: un hermoso chico rubio de ojos claros que no estudiaba conmigo, pero a quien yo veía por los pasillos de mi liceo. ¿Y saben qué? Yo me atreví a darle un regalo de cumpleaños sin siquiera conocerlo mucho. Esa fue una gran estocada para esa timidez que me ha acompañado toda la vida... Él fue mi primer amor... platónico, creo que en ese momento empecé a guardar cariño, amor, ternura... a esconder sentimientos, esperando tímidamente ser descubiertos. Me costaba mucho expresarme con palabras, es decir hablando, yo prefería escribir, a él le escribí varios poemas que nunca le entregué, hasta allá no llegó mi audacia... Después de que me gradué de bachiller quería estudiar Comunicación Social o Arte, pero... por no hacerle caso a eso que llaman "intuición", fui a estudiar Administración. Allí aprendí una cosa muy importante: aprendí a lo que NO me quería dedicar en la vida. Por supuesto, que esa etapa era muy pesada para mí, me aburría muchísimo, yo estaba totalmente desconectada de mi verdadero yo, pero para distraerme y pasármela bien me refugié en la música Rock. Parecía contradictorio por mi serena personalidad. Nuevamente, no todo es siempre como parece ser. Para mí era como escapar a otro mundo a través de esa música estridente... Brincaba de concierto en concierto por toda la ciudad, me vestía toda de negro, usaba botas, cadenas, calaveras, pantalones rotos... ¡Era tan extravagante! No había nadie como yo en aquella universidad... Cuantos "Tú eres así como... rara" "Eres tan extraña" me tocó escuchar en la vida... También los profesores me rechazaban por extravagante. En ese momento este tesoro estaba más escondido que nunca. Yo me sentía como el patito feo del cuento. Y hasta mi mamá decía: "¡Ay! Yo nunca pensé que a mi única hija le iba a gustar andar como una hippie o combinar unas botas militares con una falda..." "Yo que pensaba que ella se iba a poner sus mediecitas panty y sus mini-faldas como cualquier muchacha normal. ¡Pero no! Ni siquiera le gusta peinarse..." Ahora, pasado el tiempo puedo entender perfectamente por qué ocurre cada cosa, por qué cada acción nos conduce perfecta y armoniosamente hacia donde debemos llegar. Aquella música estridente me estremecía para hacerme reaccionar que aquel no era el camino para mí, o por lo menos, no, el que yo quería. No obstante, escribí mi primera obra de teatro, o lo que ahora pudiera llamar un ejercicio teatral, que valía un solo crédito para la carrera, pero que significó muchos créditos para mi vocación. Fue definitivo, terminó de surgir el amor por el teatro, otra vez la magia, nuevamente el deseo de ser Arte. Entendí que mi afición por la música Rock era el único contacto que tenía conmigo, era la sugerencia, o el grito, de mi intuición... ¡Y lo hice! Decidí cambiarme de carrera y de universidad: comencé a estudiar Arte. El cambio no fue tomado de muy buen agrado por parte de mis padres, pero ya no podía continuar siéndole infiel a la persona más importante de mi vida: ¡YO!... Dejé de ser el patito feo para convertirme en un hermoso cisne. Estaba como pez en el agua y con amigos geniales, inteligentes, creativos, expresivos que no me decían extraña, ni rara... porque si yo era extraña, ellos lo eran tanto como yo y llevamos nuestras extravagancias con mucho orgullo. ¡Ah... mi Módulo 101!... Tantas vivencias, alegrías, juegos, presentaciones, creaciones. Emociones... cuantas emociones compartidas Y ustedes se preguntarán... ¿Y qué es de la vida del amor?... Pues sí, lo he conocido y vivido... y sufrido. He amado con el corazón, con el cuerpo y con el alma... Me han amado, me han dejado, y hasta me han rechazado. Todo por la misma razón: ser "especial". Hay algunos que ya han medio descubierto el tesoro, pero han tenido miedo de disfrutarlo... Espero que a nadie más se le ocurra la genial idea, y mucho menos a ninguno de ustedes que están aquí, que desde ya puedo vislumbrar que son todos inteligentes, arriesgados, audaces y maravillosos. Se acaba el tiempo, última pista del tesoro. Está rebosado de amor, de deseos de ayudar, de crecer, de compartir, de aprender, de enseñar, de crear, de entregarse... y sobre todo de pasión y de ganas de vivir. Todo puede comenzar por una mirada. Mis ojos son la única pista... Recuerden: "No todo es siempre como parece ser"... yo puedo parecerles una persona, pero soy un Ángel terrestre camuflado dentro del tesoro de una Artista...
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alma