Mi manifiesto...
Publicado en Jan 07, 2010
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Pensé escribir sobre las personas que dan por hecho que amo el rosa por ser mujer, que amo hablar de maquillaje y de ropa a la moda, sobre aquellos que por ser mujer creen que me volveré delicadísima y súper fresa. Obvio soy fresa, pero no tan fresa como se espera que sea una mujer. Justo ahora pienso en escribir mi lista de "Las 10 cosas que odio sobre todo", pero igual uso mal el termino odiar, pues no me gusta odiar, creo que ni sé qué es el odio. Aunque claro, seguramente no faltará quién salte y me diga que estoy equivocada, "Todo mundo ha odiado, no hay nadie en el mundo que no lo haya hecho", dirán y yo sólo diré, cansada de dar y defender mi punto de vista, "Okey".
 
He dicho tantos "Okeys" que a veces me harto y en lugar de ello digo "¡Hummm!, lo pensaré" o "¡Hummm...!, quizás tienes razón", sólo por decir algo y hacerle creer que me está convenciendo y lograr que se calle. No siempre funciona, lamentablemente. Hay gente que puede hablar y hablar, expresando sus juicios, que más bien pintan a prejuicios, expresando su pensar, su modo tan perfecto de vivir, empapándote, según ellos, de la verdad absoluta, porque "Así es el mundo y punto", y porque yo, estoy equivocada.
 
Quiero y Debo declararme incompetente en el juego de la vida, ignorante ante sus verdades, que yo hacía ocultos, más que manifiestas, ante sus misterios, que ya no son misterios, evidentes, ante su simplicidad, que me parece absurdamente planteada, que yo complico. Sí, soy Jessica y me declaro incompetente. Deberían encarcelarme por vivir 22 años bajo el influjo irreal de lo que es vivir. O mejor aún, encerrarme en un Psiquiátrico por mi incoherencia mental, por la irracionalidad de mis pensamientos y lo absurdo de mis planteamientos futuros. Estoy decidida a llevar a cabo cualquier condena que se me imponga, porque soy culpable.
 
No, en lo absoluto deseo que me tengan lastima, no la merezco y ni la quiero. Es probable que digan que estoy chiflada, tal vez, con tanto que me dicen, y desconozco, no sé si dudar que tengan razón. Por ello repito mi disposición a ser internada en un "manicomio". Prometo no poner resistencia. Aunque no puedo prometer no decir oraciones ilógicas e incoherentes. No prometo privarme de gritar lo que pienso mientras me ponen la camisa de fuerza. Ignórenme. Todo lo que digo va más allá de toda realidad cuerda. Lo admito. Y autorizo, plenamente y bajo mis facultades mentales, pocas pero que aún sirven para autorizar esto, que hagan uso de todo lo que digo en mi contra, y a favor del juicio al que seré sometida para declarar el tiempo de mi sentencia. Que puedo asegurar, no porque lo sepa, yo nada sé, que será eterna.
 
Antes de hoy me cuestionada sobre la verdad, sobre lo real, sobre aquello implícito por naturaleza y lo implementado por el ser humano. Me pasaba largos ratos analizando las diferencias, buscando los límites entre uno y otro, escribiendo sobre lo que pensaba de ambos y lo que me hacían sentir. Colocándome de vez en cuando en un punto neutro o específico que me ayudará a descubrir dónde debo estar y dónde quiero estar.
 
El mundo se me antojaba versátil, manejable, cual masa aforme que debía tomar la forma que mis manos le dieran. Se me antoja así, neutro totalmente, manipulable por el antojo del ser, por el capricho del alma. No estático.
 
Viví engañada, eso me dicen. El mundo no es así, no es versátil, no es masa, no es así. El mundo es estático, determinante. El mundo es así. Siempre así. Y te aguantas. El mundo es cuadrado, como decían los antiguos seres, ¿o estoy equivocada?, seguramente lo estoy, pero seguiré. El mundo es cuadrado y no redondo, ¿quién dijo tal mentira?, el mundo es tan cuadrado como no se imaginan. Tiene limites, y muchos, tiene cientos de reglas y leyes y normas y un montón de cosas que regulan otro montón de cosas. Hay reglas para comportarte, para pensar, para decir, para sentir, para vestir, para vivir, para todo. No me asombraría que censurarán esté escrito por faltar a la regla de la cordura y por ser, en la mayoría de su contenido, una sarta de tonterías, que más que humanas, parecen bestiales. Condénenme, ya lo dije, tienen mi autorización. Pero déjenme continuar, tómenlo como mi última voluntad, antes de encerrarme en los caprichos de ustedes los humanos. Desconozco cuál vaya a ser mi destino, quizá me partan por la mitad y me examinen en algún laboratorio. Tal vez mi destino sea el área 51, o qué sé yo. Aunque dudo que encuentren algo de provecho en mí. Todo está podrido e inservible, demasiado fantasioso, torpe, absurdo. Pero en fin, igual hagan lo que sea necesario para asegurarse de que lo mío no es contagioso. No queremos otra alarma por epidemia, suficiente tenemos con la porcina esta. Aunque considero que mi mal es peor que todos los males. Pero no sé cuál es mi mal. Claro, no puedo saberlo, no cuento con la capacidad de saberlo.
 
Apenas entendí que las pasiones no sirven, que son basura, tonteras de la mente y el espíritu. No se vive por pasión, sino por necesidad. Amar algo y hacerlo por amor es cosa de cuento de hadas, de fantasía. No es, hasta que uno vive en la realidad cuando te cae el veinte de que lo que dices y piensas son tonteras. Ideaciones infantiles. Utopías. Necedades estupidas. Lo que sea, menos sensatez.
 
Entendí que el mundo es frío. El sol no sirve para nada, no calienta. Todo es tan frío, tan calculado, tan material que es estúpido pensar que de ser de otra manera se puede sobrevivir. De amor no vives. No puedes regalar. No puedes dar. No puedes. No puedes. No puedes. Nada puedes, porque si puedes mueres, mueres sin nada.
 
¿Amor? ¿Qué es eso?, no hay amor, sólo ideaciones del amor, sólo tonteras. No hay tiempo para el amor, de amor no vives. El amor mata. No puedes morir. No puedes y por lo mismo no debes permitir que ese mal, llamado amor, te contagie. No puedes morir. Te hace débil. No puedes soñar. Te hace débil.
 
Lo sé, es absurdo lo que escribo, sin sentido, sin razón. Júzguenme por eso. Anótenlo en la lista de delitos que me adjudicarán. ¿Puedo decidir cómo será mi final? No, me lo suponía, no cuento con la capacidad para opinar en algo tan serio. Bien, confío en su capacidad y aunque no confíe, no puedo opinar.
 
Qué más da. Ya mucho lo he dicho. Todo es un final. Fantasía pura. Irrealidad. No hay pasión por la vida. No hay amor. No hay entrega. No hay más que un mundo cuadrado y frío. No hay más que mi locura declarada, mi culpabilidad. Sólo me queda firmar mi autorización. Declarándome hoy, 20 de Junio del 2009, totalmente fuera de mis facultades mentales, de mi racionalidad, que nunca tuve, y quedando en manos de todos aquellos, mujeres y hombres, quién sea, que sean poseedores de la verdad y razón absoluta, de la perfección y cordura, que jamás alcance y alcanzaré.
 
P.D. Bienvenido sea, lo que su palabra sentencie.
 
Atentamente.
 
Jessica Escamilla Ibarra.
 
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Foto del autor La Vampi
Textos Publicados: 17
Miembro desde: Jan 06, 2010
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Descripción

Y un hombre dijo "La verdad os har libre" y entonces alguien asesino a todos...

Palabras Clave: Mentira falsedad sarcasmo amor

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos



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