Gotera machaca a preguntas
mi obstinada espera,
desagua el fervor de mi sed
moribunda,
que levanta altares a la paciencia.
Mis noches en vela le rinden
tributo a su duende compás forjador
de mitos y hasta el viejo gato viaja
al precipicio del balcón de sueños
donde mis zapatos vivan por sandalias
al cielo estrellado.
Pírrica victoria para ti gotera
ahora es la trompeta del vecino Mario
quién te vapulea y te desorienta
hasta que retornes sobre mi poema,
y esta compasión ceda, 
tu ilusión cuerito 
o el plomero ansiado
que sin anestesia acalle tu grito.