Soy...
Publicado en Jan 08, 2010
Nació en el silencio... suspendido en un día de transición de invierno a primavera, cómo una flor de semilla joven regada en la tierra por el viento y devuelta a la vida en la tempestad de un llanto. Así, nació mi amor por ella revolución de mi interior que decretó su libertad y se fue de mí, diciéndome reflejado en el espejo, allá te espero... allá en donde se encuentra ella. Triste cerré los ojos, para soñar y seguirme convertido en aire, en polvo o en sombra, en nada, en nada, o solo... como su aliento. Invisible, callado, estático, me quedo a su lado, quieto, para mirarla. Con ella cada instante es como una respiración profunda, el hálito de vida de un moribundo, la tremenda sacudida de una tempestad violenta, huracán iracundo en la hondonada de la desesperación de un naufrago en medio del mar. Es sentir a la muerte de frente con su gélido aliento y estallar de risa con su macabra presencia, con la esperanza de creer, que más allá del límite hay un cielo, y con ella la vida eterna. Torpemente la amo tanto que podría hacerle el amor infinitamente... en el parámetro de una noche, y volver al día siguiente, a la realidad de esta vida. Corriendo las cortinas invitaría a la luz diurna a entrar a través de la ventana para iluminar su cuerpo sobre la cama. Mirarla acostada, desnuda, dormida, callada... me inclinaría para besarla en la mejilla como si fuera mi primer día. ¡Oh vacío infinito, dentellada de ardor, la gloria indecible, el cielo al que no he llagado a pesar de mi fervor! ¡No, es la negativa a la vida sin ella, si fuera una semilla, hundirían en ella viviría en ella...! Mas... soy maíz del campesino pobre, hambriento y desolado en la sequía. Sangre de adalid derramada por las balas inmisericordes del tirano insaciable. El grito callado de una madre cuando ve morir a un hijo en medio de la desolación y la hambruna. La cruel indiferencia de una humanidad que no dice nada y prefiere callar. La tristeza reflejada en el cuerpo de un viejo, un suspiro contenido, una mirada pesada, un llanto resiganado, un proyecto eternamente postergado. Despierto... me veo al espejo también soy como el agua de un arroyo, vivas y saltarina. Soy tierra. soy lodo, un lobo hambriento y solitario vagando de noche, un cordero manso, oculto en su rebaño. Soy fuego del desierto, o la blanca nieve violenta en el viento septentrión. Soy luz y oscuridad y por ella... soy lo que quiera. Y sin ella... soy lo que yo quiera. Y en fin...¡soy quien soy...yo! En este momento un loco que engulle su tormento.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|