Autor: MIRNA LOPEZ BAEZ

La Vida un Don sagrado otorgado por Dios,
La lucha?, la guerra?
Cada día en cada ambiente que vivimos hay guerras, luchas, batallas que ganar y perder,
Pero la vida?
Perderla míseramente en luchas ajenas que no tiene razón de ser.
En esos desiertos rojos, cargados de las estériles arenas que el tiempo va masticando, las vidas de uniformados se pierden, obligados por un jerárquico que se cree Dios.
Mientras una carita sonriente sueña dulcemente con ese ser amado que pronto llegará y cobijara sus sueños, que esa injusta ausencia pronto terminará.
Pero mentira¡¡¡¡
Un rayo fulminante atraviesa el corazón inocente y los manantiales se despliegan por las mejillas castas, mientras el corazón oprimido y casi sin latir recibe la noticia que mata tanto como el proyectil que atravesó al ser amado.
Mil preguntas, mil sueños sin empezar, los caminos truncados.
Un grito desgarrador se ahoga en el interior de un universo infantil que sin comprender que sucede tiene que aceptar la partida, mientras un extraño con cara afligida y lastimera, con manos envueltas en telas inmaculadas pretende entregar la esencia de ese ser amado en una bandera doblada.
Cuántas banderas dobladas existen en el mundo?
Cuántas banderas se miran mientras las lágrimas ruedan?
Cuántas banderas se abrazan buscando un por qué?
De qué vale esa bandera si se murió en la niñez?
Por qué las guerras se llevan a los papás?
Por qué no pelean las guarras los presidentes que se molestan?
Por qué involucrar inocentes que no tiene nada que ver?
El honor de la patria?
Las patrias grandes son las que saben vivir, son las que saben valorar a sus hijos y no les arrebatan la vida.
No me des esa bandera porque no me hará feliz.
Déjame a mi madre y a mi padre
La guerra no es para mí, esa bandera me hiere y la guerra no hace feliz.
Los niños no saben de guerra, solo saben jugar y reír



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