Estaba sola en una habitación amplia en la que cincuenta personas podrían estar cómodas, se dio un par de vueltas por el espacio, explorándolo con los ojos, como si nunca en su vida hubiera visto algo similar; Con agilidad se acerco a una radio y la conecto sin más, lista para hacer lo único en lo que se consideraba buena.
La música lleno sus oídos, casi como si fuese una ola incontrolable, sus pies se deslizaron con naturalidad por el suelo mientras su pecho le acompañaba dando golpes cortados de un lado al otro, los brazos imitaban una noción mecánica del movimiento y el ritmo cambiaba con sus palpitaciones; Chasquidos, palmas, saltos junto con miradas desafiantes hacían el balance perfecto y la hacían parecer una verdadera profesional.


-1..2..1,2,3..1..2..1,2,3-Sus labios murmuraban mientras se miraba en el espejo con un aire critico, intentando encontrar alguna falla, algún tropiezo dentro de lo que hacia. Las voces en las canciones marcaron el cambio de estilo, ahora los movimientos eran más lentos y provocativos, sus caderas se sacudieron al compás de la música casi llegando hasta el suelo.
Toco el suelo con sus dedos y se deslizo por el, con ciertas piruetas sacadas del "Break-Dance", luego con un salto se puso de pie volviendo a la danza inicial.


-¡¿Qué hace usted aquí?!-Se detuvo con miedo y miro a los ojos a un hombre, uno muy grande, y de la misma manera en la que entro dio un salto por la ventana para marcharse corriendo. Fue tarea del mayor el acercarse al aparato aun prendido y deshacerse del ruido, mientras suspiraba, cerro la ventana con pestillo-Ya es la cuarta vez esta semana...


Buena era...querida no