Y estábamos nuevamente sumidos,
creando un dolor,
alimentando un engendro voluptuoso en
nuestras entrañas,
incentivando la ambición que crecerá
hasta la destrucción.
Somos esa especie de seres aborrecibles,
inundados de pasiones  sin sosten,
buscamos la purificación del alma en un
océano de penas tan vasto como el amor que fluye
y la ceguera del corazón no permite observar.
Y ahora estamos reviviendo la contienda de otro día,
inspirándonos en su fuerza arrolladora,
esclavizando nuestro pensamiento en los anales
olvidados de la historia.
Somos los dueños de una verdad odiada y temida,
los grandes detractores de una justicia mal parida,
y forjamos el terror en la mente de los hombres de bien.
Ahora seguimos en nuestra contienda por guiar los
destinos del mundo,
nos llaman los violadores de la naturaleza humana.
Nos resignamos a cobijar sus secretos para que el
hombre no perfeccione su don innato de creación,.
para que el camino se olvide y se cierre a una
posibilidad: destruir el alimento que mantiene
a la contienda.
 
 
Jorge Dossi   -    12-5-1980