Arrancarme los ojos falsos y mentirosos
ciego quedarme, querer sentir tan solo
de este corazón vago los latidos ociosos
de este errante vagabundo amor.
Quiero ser Van Gogh, cortarme la oreja
y solo encontrarme en la rígida reja
la sombría pena de la lúgubre cárcel
para no escuchar tu melancólico no.
Coserme la boca con espinas de cardos
que la lengua me muerda por los besos robados
del amante encantado que vive en tus sueños
y que me cierra las puertas de toda ilusión.
Perder el olfato, sentir solo el fiemo
vulgar y barato de una marchita flor
flor que florece tan solo en el lecho
que tu onírico principe amado formó.
Despellejarme, quemarme la piel
morir en el Hades ardiente y candente
que el ángel caído cruel y maldito
selle mi alma con su beso de hiel.