Palabras para Paulina
Publicado en Jan 17, 2010
En una noche fresca en el que el campo, alumbrado por la blanca luz mortecina de la luna, era acariciado suabemente por el viento de las montañas lejanas q como un muro parecian separar al resto del mundo. en un castillo situado en una gran planicie una ventana se ve brillar por la luz de una lampara, ajetreo de sombras se visulmbran en las paredes, la Señora esta por dar a luz y de repente todo parece detenerse, el viento no acaricia mas el campo, la luz parece haber detenido su viaje, el mundo parece una fotogrfia y asi como se detuvo el tiempo comienza una vez mas con un sonido que ala madre le suena como el canto de mil angeles, la niña a llorado, llorado con una gran fuerza como queriendo gritarle al mundo que ella habia llegado, una fuerza tal q todos supieron q esa pequeña niña lograria grandes cosas.
Los años pasaron y la Señora fue educando a su pequeña hija, habeces ponia atencion y otras solo veia lo q le rodeaba intentando enteder todo lo q conformaba el momento, veia las interacciones entre todos en la casa intentando entenderlos y conocerlos con solo estudiarlo. Era niña alegre y cariñosa con quien entablara confianza ganada en travesuras en la q la encubrieron, en juegos nocturnos cuando mas aburrida estaba. Pero siempre hubo algo q le gustaba mas q las travesuras y ver ala gente interactuar y eso era ir al cuarto mas alto aquel lugar con amplio espacio, tapizado en alfombra roja y en el centro una mesa redonda de madera pulida siempre adornada por un florero con Rosas rojas y una gran ventana q miraba hacia el sur. ahi ella hiba todos los dias y se sentaba ante esta ventana siempre mirando hacia al horizonte pero su mirada no se conformaba con ver la gran planicie pintada de un verde claro por el pasto q ahi crecia y servia de alimento a todos sus animales o con las montañas q al lejos cortaban abruptamente la visa, no ella siempre intentaba ver q habia mas haya de esas montañas, intento que su mente entendiera q habia mas haya con solo observas mas haya, ella no podia quedarse donde se encontraba, tenia q haber algo mas alla su corazon y sus pies le decian q devia ir mas haya de las montañas. Intrigada por lo que le esperaba mas haya pregunto interesada, develando su idea de ir mas haya y los amigos que apreciaba fueron reduciendo su numero ante sus negativas de apoyarla o de darle animo, molesta de notar como todos parecian no confiar en que ahi habia algo mas para ella decidio demostrarselo y con mas fuerza en su corazon sus metas se fueron aclarando esperando dia y noche el momento de poder partir, parecia eterno pero la sola idea de las mil y un cosas q podrian pasar la mantenian en la esperanza y asi fue creciendo sentada siempre ante la ventana en ese gran cuarto.
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