Maldito vampiro...Maldito amor
Publicado en Jan 17, 2010
Maldito vampiro. Lo digo no por coraje hacia ti, sino coraje más bien hacia mí, hacia todo aquello que deje me produjeras con tus besos. ¿Cuán rápido paso que termine en tus brazos sin darme cuenta? Fue veloz, tan de pronto que no sentí como ofensa el ser presa de tu instinto animal, ser victima de tus afilados colmillos y entregarme completa a los caprichos de tu seductora inmortalidad. Caí vencida, rendida por voluntad ante tu encanto. Dichosa tu boca, bendita sea por cada palabra emitida que funge como hechizo, que cautiva el oído y sutilmente enamora el corazón. Bendito seas tú, nato inmortal, sublime criatura, dichosos los ojos que te han visto y el cuerpo que se entregó a ti a placer.
No sé si es justo devorarme la vida amándote, no sé si sea justo llorar por la estupidez de mi amor, dosifico el dolor de tu ausencia, dosifico la tortura y el llanto. Claro, ya no sonrío como antes, ya no soy la misma, es verdad, no finjo alegría, no finjo un bienestar, ¿para qué ocultar un dolor si para mí es evidente? Tal vez deba preferir morir, pero no soy tonta, tanto por lo que he luchado no puedo reducirlo a la muerte sólo porque ya no estás; sin embargo, anímicamente si estoy muerta, ya no siento, me rehúso a sentir, a decir. Dices tú que no haga eso, que te sientes mal por verme así, que quieres verme feliz, reír de nuevo, ser quién fui, la mujer que tú conociste, no mientas más, no te creo. Si te hablo es por masoquismo, porque no logro desprenderme de ti, porque tengo miedo al dolor, porque no quiere arrancarme de ti de un solo golpe, no quiero, no podría resistir, soy masoquista. Maldito vampiro, maldito inmortal. ¿Eres tú capaz de amar? Y si amas ¿por qué te fuiste?, demonios. Soy culpable por dejarme llevar por tus acciones, dejarme envolver por los planes que ambos hacíamos, me deje arrastrar por la magia que surgió cuando me pediste matrimonio, cuando dije sí, por todo aquello, por nuestra hija planeada, ¿qué demonios paso? ¿Cómo fue que acabo? No entiendo. No me toques, pues tu sola cercanía me quema, me lastima, duele, no me demuestres compasión o arrepentimiento, cuando fuiste tú quien cometió el fallo mayor, no me finjas lealtad, cuando ni siquiera comprender la fidelidad, no quiero nada de ti, sólo la noción de saberte con vida, y eso únicamente porque aún no consigo hallar la manera de alejarme completamente de ti, sólo por ello sigue vivo, porque no te odio, porque no siento coraje hacia ti, aunque debería, odiarte me haría más fácil el proceso y menos doloroso, pero cómo odiar lo que ame, no se odia lo amado, sólo se odia aquello por lo que se sintió pasión, ese momento en que amas y odias, aquella frase que jura que del odio al amor sólo hay un paso, eso es absurdo, no puedes amar lo odiado, ni viceversa, eso es pasión, cuando realmente amas, no odias, más bien oras por la felicidad del otro, así funciona. No me pidas que sonría si no estarás para ver mi sonrisa, no me pidas que deje de llorar cuando sé que no estarás para enjugar mi llanto, no me pidas sea feliz cuando te llevaste todo, no me pidas nada, cuando sabes que lo nuestro ya está en el fin.
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