El viento se pinta solo entre los altibajos del alumbrado y la presencia de la antimateria.El lienzo va a borrar los parajes en él pintarrajeados y poner, en su lugar, colinas de ecos recalcitrantes y sol ciego y maduro.A esta hora noctámbula la mano del pintor duerme y no está atenta a la trama de su obra. También las estatuas bajan de sus ominosos pedestales y hablan de la vanidad de escribir encíclicas.El mundo es flamante y es un hervidero de sombras amarillas: Los objetos aquí tienen vida y movimiento y reciben consuelo comiendo miel aunque podrían iniciar una hecatombe si lo quisieran. Las cosas se diluyen al tacto y corretean una a la otra. Los floreros se descrean o se incineran en las mesas. Todo parece frágil y quebradizo y las pinturas danzan al filo de una música inquieta.