Estiercol mirada que te deshonra
cuando te cierran las ventanillas por si las moscas,
tan hijoeputas que nos forjaron para temerle
a tus manitos, equilibrista de pelotitas,
aquí cerquita del Obelisco o en el infierno de
cualquier villa del corazón que nos desnuda
y nos acobarda,
nos encapricha frente a un teclado,
rumiando el eco de un desagravio que los
payasos ven demodé y que burgueses o
desquiciados no pariremos generaciones
ni mucho menos revoluciones para acabar
con este escenario mimetizado con el paisaje,
crucificado por la costumbre,
amordazados y devastados los sentimientos
con gusto a herrumbre
Y ese ruidito canción monedas tapa el agujero
que puja el hambre, mientras la city cruje
por bonos y los valores se desdibujan y la
violencia lustra las botas para acabar con las
emociones aunque se enluten las ilusiones de un
porvenir hecho a cuentagotas,
aunque mañana tus pelotitas mueran al fuego
del duro asfalto y moneditas sueñen
destierros en un país imaginario.