Vos y tu flecha desafían el aire
se le atreven al viento domador
de tormentas,
a la lluvia sin ganas que fomenta
humedades.
Vos y tu ángel parlotean vibrantes
cuando enfilo escaleras y
te beso jadeante.
No reparo, no concibo, no registro
si hay vecinas chismosas o
el portero farsante.
Vos  y tu ángel armonizan instantes
mucha vela encendida y
un aroma ultrajante,
en la piel recorrida que mis manos festejan,
tu cascada sin quejas me recibe anhelante.
Vos y tu flecha, erupción del paisaje,
tomo nota y conservo, tu paciencia pastora,
tu calor, tu lenguaje,
desatando estas venas
libertando el coraje.